01. Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir.
02. Y queda mi corazón bien satisfecho en serviros; el pago de sus suspiros halo por buen galardón.
03. Por vuestro gran merecer, amor me pone tal grado, que me pierdo por perder de las angustias cuidado.
04. Partimos cuando nacemos, andamos mientras vivimos, y llegamos al tiempo que fenecemos; así que cuando morimos descansamos.
05. Remedio de alegre vida no lo hay por ningún medio, porque mi grave herida es de tal parte venida, que eres tú sola remedio.
06. Este mundo es el camino para el otro, que es morada sin pesar; mas cumple tener buen tino para andar esta jornada sin errar.
07. Las ventanas son muy bellas, y son de la condición que dirá aquí: que no pueda mirar de ellas sin ver a vos en visión delante mí.
08. Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando, cuán presto se va el placer, cómo, después de acordado, da dolor; cómo, a nuestro parecer cualquiera tiempo pasado fue mejor.
09. Los fuegos que en mí encendieron los mis amores pasados, nunca matarlos pudieron las lágrimas que salieron de los mis ojos cuitados; pues no por poco llorar, que mis llantos muchos fueron, mas no se pueden matar los fuegos de bien amar, si de verdad se prendieron.