01. Me acuerdo bien, me hablabas de la muerte de los niños, de la guerra. Los años que no han vivido abren clamorosas brechas en los muros de nuestras casas.
02. La revolución es una cualidad de la juventud, es necesario que la juventud sea revolucionaria, pero luego, con la madurez, me parece que lo mejor es ser escéptico.
03. El viento no espera (...) es hermoso, transparente como el agua, rápido como el rayo y tan fuerte que podría destruir todas las ciudades del mundo si quisiera.
04. Sabe que las palabras en realidad no cuentan, sólo lo que quieren decir muy dentro, como un secreto, como una plegaria; ésta es la única plegaria que cuenta.
05. Siente como el sol la penetra, la llena poco a poco, va sacando todo lo negro y triste que se ha instalado en lo más profundo de ella.
06. ¡Hay tantas cosas que pasan por el silencio! (...) En la luz de su mirada se oye lo que dice.
07. Hablan todos el mismo idioma, el del corazón, el que no precisa labios.
08. De repente era consciente de lo que había aprendido al venir aquí, a Onitsha, y que jamás habría aprendido en otra parte. La lentitud era esto, un interminable y regular movimiento, semejante al agua del río que discurría hacia el mar, semejante a las nubes, al agobio de las tardes, cuando la luz inundaba la casa y los techos de chapa eran como la pared de un horno.
09. Desconfío del turismo, y sobre todo del exotismo. Mi familia es de Isla Mauricio, una pequeña isla al sur de África, donde pasé mi niñez disfrutando de ese lugar que casi nadie sabía dónde quedaba. Después se puso de moda por sus playas y sus cocoteros, pero para mí era mi lugar de origen, donde tenía primos y tías y tíos. Durante mi niñez ese hogar no me parecía "exótico", aunque para el otro resultara curioso. Esta idea de transformar la realidad, de hacerla extraña, eso es lo que no me agrada.
10. (...) Podríamos decir que la colonización era el mal absoluto y que ahora estamos "en males relativos". En ese sentido es una mejoría, pero a veces tengo dificultades para entender lo que está pasando porque, como testigo de los últimos momentos de la colonización, tengo imágenes muy fuertes en mi mente: gente que camina con cadenas por las carreteras, empleados para la construcción de monumentos para gloria de los colonizadores. Ahora vemos una forma oculta de colonialismo. También existen la corrupción y la destrucción de lo que hubiera podido ser después de la colonización. Las fuerzas de corrupción del dinero, los bancos, la explotación a nivel industrial, la importancia de la mano de obra..., eso es lo que ha hecho que el resultado sea una forma hipócrita de colonización. Pero por lo menos los países son independientes, eso es lo bueno. Pueden escoger. El camino hacia la democracia es lento, pero confío en que sea la meta última para lograr alguna forma, probablemente diferente, de la democracia que conocemos, en la que el ser humano pueda desarrollarse y las mujeres puedan escapar de su condición de inferioridad en la mayor parte del mundo.