Frases de Ignacio Manuel Altamirano

01. El celo se espanta con poco y se tranquiliza con menos.

+ Frases de Celos


02. Nada hay tan armonioso como el elogio que se ha merecido.

+ Frases de Elogio


03. El celo, hijo de la desconfianza, es hermano de la credulidad.

+ Frases de Desconfianza


04. La buena educación es la mitad del camino en cualquier negocio.

+ Frases de Negocio


05. Es necesario buscar la flor de la amistad sobre la tumba de un perro.

+ Frases de Perro


06. La caballerosidad en amores es un ayuno siempre expuesto a quebrantarse

+ Frases de Ayuno


07. El valor no consiste en la bilis, ni en la sangre; consiste en la dignidad.

+ Frases de Dignidad


08. El hígado es la víctima de la envidia. No pocas veces lo es también el corazón.

+ Frases de Víctima


09. Dominar la cólera, tiene más mérito que batirse en duelo por no haberla dominado.

+ Frases de Dominar


10. Asearse con esmero, no es cuestión de opinión política sino de higiene y educación.

+ Frases de Educación


11. El antagonismo para el hombre de mérito es el combate noble; para el envidioso es la cruel tortura.

+ Frases de Tortura


12. Aunque un tirano no debiera temer más que la pluma de un Tácito, esto sería suficiente para hacerle temblar.

+ Frases de Pluma

Influencias

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Guillermo Prieto Justo Sierra Méndez

Ignacio Manuel Altamirano

Ignacio Manuel Altamirano

Escritor, periodista, historiador, maestro, político, abogado y diplomático mexicano considerado el padre de la literatura mexicana y la figura literaria más relevante de su tiempo.

Sobre Ignacio Manuel Altamirano

Ignacio Manuel Altamirano nace en el seno de una familia de raza indígena, de padre Francisco Altamirano y madre Gertrudis Basilio, ambos indios puros que tomaron el apellido de un español que bautizó a sus ancestros.

En 1848 su padre es nombrado alcalde de Tixtla y un año después gana una beca para estudiar en el Instituto Literario de Toluca, donde conoce a quien sería una de las grandes influencias de su vida, el intelectual mulato y librepensador Ignacio Ramírez.

Finalizada su educación inicial, estudió leyes en el Colegio de San Juan de Letrán al tiempo que trabajaba como docente enseñando francés en una escuela particular.

En 1854 Ignacio Manuel Altamirano interrumpió sus estudios para adherirse a la revolución de Ayutla, que pretendía derrocar al dictador Santa Anna y tiempo después participó en la Guerra de Reforma (1857), que inició la división ideológica del siglo XIX, entre conservadores y liberales.

Finalizado el periodo de conflictos militares, se dedicó a la docencia, trabajando como maestro en la Escuela Nacional Preparatoria, en la de Escuela Superior de Comercio y Administración y en la Escuela Nacional de Maestros.

Junto a Gonzalo Esteva fundó la revista literaria "El Renacimiento" (1859) y con Guillermo Prieto e Ignacio Ramírez el "Correo de México" (1867), además de "El Federalista" (1871), "La Tribuna" (1880) y "La República" (1880).

Se desempeñó como diputado en el Congreso de la Unión en tres períodos, además de ser procurador General de la República, fiscal, magistrado y presidente de la Suprema Corte, así como oficial mayor del Ministerio de Fomento.

Ignacio Manuel Altamirano también trabajó en el servicio diplomático mexicano, desempeñándose como cónsul en Barcelona (España) y París (Francia).

Hallándose en Europa por comisión de Porfirio Díaz, falleció en una misión diplomática en San Remo (Italia).

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