01. Esquina de barrio porteño te pintan los muros la luna y el sol. Te lloran las lluvias de invierno en las acuarelas de mi evocación.
02. El duende de tu son, che bandoneón, se apiada del dolor de los demás, y al estrujar tu fueye dormilón se arrima al corazón que sufre más.
03. Al ruido del tamboril, carnaval, carnavalera, me dijo que era feliz. Por eso con su canción, carnaval, carnavalera, se agranda mi corazón.
04. La esquina del herrero, barro y pampa, tu casa, tu vereda y el zanjón, y un perfume de yuyos y de alfalfa que me llena de nuevo el corazón.
05. Las voces de la brisa dirán tu nombre como un rumor. Y en el jardín del alma renacerá una flor, y temblarán las manos al presentir tu amor.
06. Y junto a la orfandad de mi tristeza buscando la humildad de los rincones está la sombra larga de tu ausencia: visión de soledad y de dolor.
07. Alma, no entornes tu ventana al sol feliz de la mañana. No desesperes, que el sueño más querido es el que más nos hiere, es el que duele más.
08. Como cien estrellas que jamás se apagan, brillan tus recuerdos en mi corazón. Ellos me regalan la ilusión del alba en la noche triste de mi cerrazón.
09. Somos...Sí, lo mismo, con igual destino. Garúa borrosa de un día de abril. Un nido vacío y un viejo camino y un aire de ausencia muy triste y muy gris.
10. Bandoneón, para qué nombrarla tanto, no ves que está de olvido el corazón y ella vuelve noche a noche como un canto en las gotas de tu llanto, ¡Che bandoneón!
11. Así es el tango, sabés, de ayer y de hoy, requiebro y pena de amor. Si no entendés, escuchá lo que te digo, que los barrios son testigos de que cuento la verdad.
12. Dos meses en un barco viajó mi corazón. Dos meses añorando la voz del bandoneón. El tango es puerto amigo donde ancla la ilusión. Al ritmo de su danza se hamaca la emoción.