01. La soberanía nacional se defiende también con la cultura.
02. Todo ser que nace, nace limpio, puro, después vienen los problemas...
03. Me pasaron muchas cosas, pero me sostuvo la férrea voluntad de mantener la música popular.
04. El tango tiene dos facetas que son definidas, una la melódica, y otra la rítmica, o como solemos decir nosotros, la milonguera.
05. ¿Profeta, yo? ¡No! Soy un laburante como cualquiera, ni más ni menos (... ). Soy un poroto, un tornillo de la máquina tanguera...
06. Nunca me considero un artista, sino un laburante de la música. Y un laburante bastante cómodo, porque trabajar, trabajan los de las fábricas, el puerto. Pero digo que siempre me sentí uno más.
07. (...) Soy un laburante porque así hay que defenderse en la vida. Los músicos dejaremos de ser laburantes para ser trabajadores sólo cuando cambien las condiciones políticas y el sistema, pero ahora no.
08. Todos los días le hago los cuernos al diablo, pero cuando llegue la hora del espiche diré: "Bueno muchachos, llegué hasta aquí, me las tomo, sigan ustedes". (...) Si al final... ¿Yo qué hice? Tangos. Eso es todo.
09. ¿Maestro? ¡Maestro viruta! ¿Qué maestro? ¡Un rasca atorrante, eso es lo que soy! Y con la orquesta somos el conjunto de los atorrantes unidos. Yo no soy maestro. No me gusta enseñar, porque no tengo la suficiente capacidad pedagógica.
10. (...) La orquesta la armé en el 39. Me acuerdo que al poco tiempo ya tenía bailarines que me seguían y gritaban, ¡Ese, ese, ese, la barra de Pugliese! Me gustaba pero yo me decía "quedate ahí Osvaldo, no te agrandés, no fanfarronées".
11. Más que la fama, importa situar a la gente dentro del corazón. Yo he trabajado desde pibe, y la gente ha simpatizado con este carcamán que soy, pero no me siento superior a nadie. Cuando veo a los que trabajan en la calle, con el martillo, con la pala, pienso siempre que son trabajadores y arquitectos de la vida.
12. Soy un laburante de la música popular desde los 15 años. Antes, trabajé para una fábrica de joyas, pero me dieron el raje; para una empresa maderera, y me dieron el raje; en una fábrica de muñecas, y me dieron el raje. El único lugar donde no me dieron el raje fue en la música, y bueno, aquí me quedé. (...) Hay que tener los pies en la tierra y no la cabeza en la humareda. (...) Yo me siento un laburante. Soy, humildemente, un trabajador de la música popular.