01. En Italia un mozo de hotel, un aldeano, un facchino que encontréis en la calle, saben hablar, entender, razonar: juzgan de todas las cosas, conocen los hombres, discuten de política; manejan ideas y palabras de una manera instintiva, pero muchas veces con brillantez, siempre con desenvoltura y casi siempre con acierto.
02. Las producciones del espíritu humano, como las de la naturaleza, sólo pueden explicarse por el medio que las produce.
03. (...) Todos se respetan y desean hacerse agradables unos a otros, lo cual constituye la ley esencial en el arte de saber vivir y el más delicado atractivo de la buena sociedad.
04. Las terminaciones sonoras y las maravillosas cadencias del italiano prestan belleza y armonía aun a las cosas más vulgares, y encierran en un marco noble y voluptuoso los asuntos que ya por sí mismos son bellos.
05. Como las dificultades eran enormes, toda la inteligencia se aplicó enteramente a vencerlas; encaminóse sólo en este sentido y, por tanto, apartóse de todo lo demás. Vivir, abrigarse, vestirse, comer, precaverse contra el frío y la humedad; pertrecharse, enriquecerse; no había tiempo de pensar en otras cosas.
06. La señal del genio, su única gloria, la obligación hereditaria de los espíritus geniales estriba en inventar formas nuevas fuera de lo convencional y acostumbrado.
07. (...) En lo más alto las uvas no llegan a ser buenas; en lo más bajo tampoco lo son. En el terreno más bajo el suelo tiene demasiada humedad; en el más alto el aire es excesivamente frío. Esta es la causa y la regla general.
08. La familia de artistas está comprendida en un conjunto más vasto: en el medio que le rodea y cuyos gustos comparte. Porque hemos de considerar que el estado de las costumbres y el estado de espíritu es el mismo para el público y para los creadores del arte, puesto que éstos no son hombres aislados.
09. (...) Llegamos, pues, a establecer la siguiente regla: para comprender una obra de arte, un artista, un grupo de artistas, es preciso representarse, con la mayor exactitud posible, el estado de las costumbres y el estado de espíritu del país y del momento, en que el artista produce sus obras.
10. En la Edad Media la arquitectura gótica, que se extendía por toda Europa, no penetró en Italia más que tardíamente, con imitaciones incompletas. Las dos iglesias enteramente, góticas que existen en Italia, una en Milán y la otra en Asís, son obra de arquitectos extranjeros.
11. Si comparáis la Italia del siglo XV con las demás naciones de Europa, la encontraréis mucho más sabia, mucho más rica, mucho más pulida, mucho más capacitada para embellecer la existencia, es decir, para apreciar y producir las obras de arte.
12. Para conseguir algún resultado en la vida es preciso tener paciencia, aburrirse, hacer y deshacer, volver a empezar y seguir de nuevo, sin que un impulso de cólera o un arrebato de la imaginación vengan a detener o desviar el trabajo diario.