Frases de Helen Keller - Página 4

01. El amor no puede tocarse tampoco, pero se siente la dulzura con que inunda todas las cosas. Sin el amor no conocerías la alegría, ni querrías jugar. "la historia de mi vida" (1903)

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02. Tan extraño me parecía que mi maestra no pudiese mostrarme el amor. "la historia de mi vida" (1903)

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03. Cuando paseo por mi jardín no veo las hermosas flores pero sé que están a mi alrededor; ¿Acaso no llenan el aire con su fragancia? "la historia de mi vida" (1903)

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04. Hay dicha en olvidarse de uno mismo. "la historia de mi vida" (1903)

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05. Tampoco ven el rostro del que habla; la mirada suele ser el alma de lo que se dice. "la historia de mi vida" (1903)

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06. Me comprimió el corazón un temor sin nombre, una sensación de absoluta soledad, de estar separada de las personas amigas y de la tierra firme. Me envolvía el infinito, lo desconocido. "la historia de mi vida" (1903)

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07. En una palabra, la literatura es mi Utopía. En esto, no sufro privación alguna. "la historia de mi vida" (1903)

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Influencias

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Helen Keller

Helen Keller

Autora, activista y oradora estadounidense sorda y ciega.

Sobre Helen Keller

Helen Keller nace en el seno de una familia de clase media, de padre editor de prensa.

En 1882 estuvo a punto de morir por una fuerte fiebre, que la apartó del mundo y la dejó ciega y sorda.

Luego de sufrir varias crisis, la familia decidió contratar a una profesora personal.

La persona elegida fue Anne Sullivan, una persona abandonada de niña, ciega desde los cinco años hasta su adolescencia, cuando mediante operaciones pudo recuperar la visión y la alumna más inteligente de su clase, graduada con honores.

Con mucha paciencia y cariño, Anne Sullivan logró enseñarle a Helen Keller a comunicarse, aprendiendo rápidamente el lenguaje manual de los sordomudos y el alfabeto Braille, una lengua de signos en la que cada letra es signada en contacto con la mano de la persona sordo ciega de manera que pueda sentir la forma del signo y su significado.

Pronto aprendió a leer y escribir en braille y a pensar y hablar usando el método "Tadoma": tocando los labios de otros mientras hablan, sintiendo las vibraciones, y deletreando los caracteres alfabéticos en la palma de la mano.

En 1888, Helen Keller concurrió al Instituto Perkins para Sordos en Boston (Massachusetts), donde Anne Sullivan continuó enseñándole con material y textos de la escuela y en 1894 se trasladó a Nueva York para continuar sus estudios en la Escuela Wright - Humason para Ciegos.

Helen Keller se graduó con título de honor de la Radcliffe College en 1904 y comenzó a interesarse por la situación social y la desigualdad entre las personas.

Actuando como miembro activo del partido socialista, luchó por los derechos de los trabajadores y de las personas con capacidades diferentes, además de dar numerosas conferencias y recibiendo distinciones.

En 1932, Helen Keller es nombrada Vicepresidente del "Royal Institute for the Blind in the United Kingdon" (Real Instituto para Ciegos en el Reino Unido).

Durante la Degunda Guerra Mundial (1939-1945), visitó a los soldados internados en hospitales militares, dándoles contención y ánimo.

El 14 de septiembre de 1964, el Presidente Lyndon Johnson reconoció la labor de Helen Keller otorgándole la Medalla Presidencial de Libertad, el mayor honor estadounidense para ciudadanos.

Dueña de una voluntad inquebrantable, gran inteligencia, sensibilidad y carisma, Helen Keller dejó un mensaje positivo y alentador para todas las personas, siempre recordando a Anne Sullivan, quien desde el primer día confió en ella y la alentó a desarrollarse.

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