01. El escudo con el que yo soñaría: El fin no justifica los medios.
02. La felicidad es un sentimiento fundamentalmente negativo: la ausencia de dolor.
03. La capacidad de entusiasmo es signo de salud espiritual.
04. La ciencia, a pesar de sus progresos increíbles, no puede ni podrá nunca explicarlo todo. Cada vez ganará nuevas zonas a lo que hoy parece inexplicable. Pero las rayas fronterizas del saber, por muy lejos que se eleven, tendrán siempre delante un infinito mundo de misterio.
05. Casi siempre que un matrimonio se lleva bien, es porque uno de los esposos manda y el otro obedece.
06. Tienes más cualidades de lo que tú mismo crees; pero para saber si son de oro bueno las monedas, hay que hacerlas rodar, hacerlas circular. Gasta tu tesoro.
07. El trabajo sin prisa es el mayor descanso para el organismo.
08. No son los dos sexos superiores o inferiores el uno al otro. Son, simplemente, distintos.
09. En este siglo acabaremos con las enfermedades, pero nos matarán las prisas.
10. La verdadera sexualidad no es el simple acercamiento de los sexos, sino el trabajo creador del hombre y la maternidad de la mujer.
11. El libro bueno es el amigo que todo lo da y nada pide. El maestro generoso que no regatea su saber ni se cansa de repetir lo que sabe. El fiel transmisor de la prudencia y de la sabiduría antigua. El consuelo de las horas tristes. El que hace olvidar al preso su cárcel y al desterrado su nostalgia. El sedante de los grandes afanes, que va dondequiera que vayamos con nuestro dolor. El mentor de las grandes decisiones. El que ablanda el corazón en los momentos de dureza, o nos vigoriza cuando empezamos a flanquear. Y después de ser todo esto, tiene la soberana grandeza de no hipotecar nuestra gratitud. Una vez leído lo volvemos sencillamente al estante, o lo dejamos olvidado en el asiento de un tren. Es igual. Ni nos guardará rencor si no se lo hemos agradecido.
12. Toda la historia del progreso humano se puede reducir a la lucha de la ciencia contra la superstición.