01. La misericordia es debilidad.
02. No hay como morirse a tiempo.
03. A los hombres conviene de vez en cuando dejarlos sueltos.
04. A secreto agravio, secreta venganza.
05. Es horrible eso de tener siempre el juez delante.
06. Hay mujeres cuyo amor hace libre.
07. Quizá yo entonces necesitase, sin saberlo, que alguien me quisiera.
08. (...) Y pienso si habrá dentro de mí muchas cosas come ésa, enterradas y puras. Pienso también si volverán a salir y que haré con ellas. Lo correcto hubiera sido que hubiesen madurado conmigo, y tuviesen mi edad y mi color, pero los años no las han cambiado. Están aquí, intactas y me dan algún miedo.
09. Bien pensé que al marcharse me quedaría tranquilo. Pues no... En cuanto estoy solo, empiezo a recordarla... Cuando éramos novios, cuando nos casamos. ¡Qué imbécil es uno! En mi caso, ¡Que imbéciles los dos! Lo teníamos todo para ser felices, y lo echamos a perder. Bueno. Todo, no. Mi mujer nunca tuvo tetas. Pero ¿Es tan importante eso para destrozar un matrimonio? ¿No fui yo el primer imbécil? Porque echar a perder un matrimonio porque ella no tenga tetas...