01. El Maestro Azato no sólo no era superado en todo Okinawa en el arte del karate sino también sobresalía en equitación, en esgrima japonesa (Kendo) y en arquería. Él fue, más bien, un brillante erudito. Fue mi buena suerte que me prestara su atención y que recibiese mi primera instrucción en karate en tan extraordinarias manos.
02. Evitar el amor propio y el dogmatismo. Una persona que se jacta en voz alta o fanfarronea por la calle de lo fuerte que es nunca merecerá verdadero respeto aún cuando por la fuerza que tenga sea muy capaz en karate o en algún otro arte marcial. Es aún más absurdo escuchar el propio engrandecimiento de uno que no tiene capacidad.
03. La palabra budo se escribe con el carácter chino para "detener", metido dentro de otro carácter formado por dos alabardas cruzadas, y su significado final viene a ser "detener el conflicto". Puesto que el karate es un budo, se debería reflexionar profundamente en este concepto tratando de no usar los puños de manera desconsiderada.
04. Un hombre común desenvainará su espada al ser ridiculizado arriesgando su vida, pero no puede ser llamado valiente por eso. El hombre verdaderamente grande no se inquieta incluso cuando de pronto se ha de enfrentar con hechos inesperados o crisis, ni se enoja cuando se encuentra en situaciones que no le incumben, y ello se debe a que posee un gran corazón y su mira es elevada.
05. Usted debe ser extremadamente serio en el entrenamiento. Cuando digo esto no quiero significar que no debe ser razonablemente diligente o moderadamente formal. Quiero significar que el adversario debe estar siempre presente en su mente, si usted se sienta o se para o camina o levanta sus brazos. Si usted lanza un golpe de karate durante un combate, no debe tener dudas de que siempre ese golpe decidirá.
06. Una de las cosas que siempre digo a mis nuevos alumnos es que uno que solo piensa en sí mismo y no considera a los demás no está capacitado para aprender karate do. He descubierto que los serios estudiantes del arte son siempre muy considerados con los demás. Ellos también demuestran la gran firmeza de propósito que es esencial si uno continúa estudiando karate durante el período de tiempo que se requiera.
07. Por supuesto que no es solo el karate el que entrena a un hombre al punto de realizar hechos extraordinarios de esta clase; las otras artes marciales son igualmente útiles. Los expertos de judo, por ejemplo, aprenden a caer de una forma que no se lastiman, esta habilidad se atribuye al entrenamiento de judo. El punto importante es que la práctica diaria de cualquier arte marcial puede ser invalorable en momentos de emergencia.
08. Algunos jóvenes entusiastas del karate creen que pueden aprender sólo a través de instructores en un Dojo, pero éstos son sólo tecnicistas y no verdaderos karatekas. Hay un dicho budista que dice "cualquier lugar puede ser un Dojo" y es un dicho que cualquiera que quiera seguir el camino del karate nunca debe olvidarlo. El Karate do no es solo adquirir ciertas habilidades defensivas sino también el aprendizaje del arte de ser un miembro de la sociedad bueno y honesto.
09. A menudo me pregunta la gente si la capacidad de un practicante de karate depende de cuantas tablas o tejas es capaz de romper con un golpe de su mano. No hay relación, por supuesto, entre las dos cosas. Puesto que el karate es uno de los más refinados artes marciales, un practicante que se jacte de cuantas tablas o tejas puede romper con sus manos o que reivindique que es capaz de rasgar la carne hasta deshacerla o arrancar las costillas, tiene una concepción muy pequeña de lo que es el verdadero karate.
10. (...) Sin embargo siempre hay algunos que solo desean aprender karate para usarlo en una pelea. Estos en su mayoría abandonan el curso antes de que pase la mitad del año, porque es casi imposible para una persona joven con objetivos tan necios continuar mucho tiempo karate. Solo aquellos con grandes ideales pueden encontrar al karate lo suficientemente interesante como para perseverar en el esfuerzo que este requiere. Aquellos que han encontrado que cuanto más fuerte se entrenen más fascinantes se hace el arte.
11. Si él hubiera deseado fama y fortuna ciertamente la hubiese tenido, pero posiblemente a expensas de un trabajo en que habría perdido su dignidad. En este él era, como se dice, en cada pulgada un samurái, y en la forma en que llevaba el "jinriksha" (carro de pasajeros tirado por un hombre) revelaba su experiencia en el arte marcial. Aunque él murió inmediatamente después de que yo fui para Tokio, nunca he olvidado esa noche pasada en su compañía. Para mí él siempre representó la perfecta personificación del espíritu del samurái.