01. Ningún mortal ha de pensar por encima de la condición humana, porque la insolencia, al florecer, produce la espiga del error, de donde se siega una cosecha de lágrimas.
02. Cuando el veneno malévolo infecciona el corazón, constituye un doble sufrimiento para el que lo lleva en sí: siente el peso de sus propias desgracias y gime ante el espectáculo de la felicidad ajena.
03. Ni aún permaneciendo sentado junto al fuego de su hogar, puede el hombre escapar a la sentencia de su destino.
04. Pocos hombres tienen como natural inclinación el rendir homenaje, sin un cierto movimiento de envidia, al amigo que consigue el éxito.
05. El que de por sí mismo, sin que sea forzado, es justo, no ignorará la felicidad y jamás perecerá por completo.
06. Es fácil al que tiene el pie fuera de las desgracias aconsejar y amonestar al infortunado.
07. Las palabras son médicos de la enfermedad de la cólera.
08. El arte es mucho más débil que la necesidad.
09. Es dulce a los enfermos conocer exactamente de antemano el dolor que les falta.
10. Mejor es morir de una vez que sufrir miserablemente todos los días.
11. Cuando uno mismo se afana en su perdición, los dioses colaboran con él.
12. Nadie, depreciando su actual fortuna para desear otra, eche a perder una gran felicidad.