01. Los cuervos arrancan los ojos a los muertos cuando ya no les hacen falta; pero los aduladores destruyen las almas de los vivos cegándoles los ojos.
02. Engrandecerás a tu pueblo, no elevando los tejados de sus viviendas, sino las almas de sus habitantes.
03. El alma es como una ciudad sitiada: detrás de sus muros resistentes vigilan los defensores. Si los cimientos son fuertes, la fortaleza no tendrá que capitular.
04. El deseo y la felicidad no pueden vivir juntos.
05. El error del anciano es que pretende enjuiciar el hoy con el criterio del ayer.
06. La envidia es el adversario de los afortunados.
07. La felicidad no consiste en desear cosas sino en ser libre.
08. La vida es demasiado corta, y tienes cosas importantes que hacer.
09. Los hombres no se perturban por las cosas sino por la opinión que tienen de éstas.
10. No es la pobreza la que aflige, sino la avaricia; así como no son las riquezas las que preservan de todo temor, sino la razón.
11. No hay que tener miedo de la pobreza ni del destierro, ni de la cárcel, ni de la muerte. De lo que hay que tener miedo es del propio miedo.
12. No pretendas que las cosas ocurran como tu quieres. Desea, más bien, que se produzcan tal como se producen, y serás feliz.