01. Los viajeros nos cuentan que esas aguas calientes edifican verdaderos palacios, ciudadelas y murallas de algunos kilómetros de longitud. Blancos como el alabastro, los pilares y basamentos crecen incesantemente por el depósito de las cascadas susurrantes que poco a poco ocupan la llanura.
02. Con sus largos remos, parecidos a poderosas aletas, se producen remolinos en cada lado de la barca y se hace caer como lluvia de perlas las gotas sobre la superficie del agua; a voluntad se abre el líquido en surcos espumosos, y detrás se deja una larga estela donde vibra la luz serpenteando.
03. No habrá tranquilidad en el mundo, ni equilibrio inestable en la sociedad, mientras los hombres, condenados en número infinito a la miseria, no tengan todos, después de la diaria tarea, un momento de descanso para regenerar el vigor y mantenerse así con la dignidad de seres libres y pensantes.
04. Por eso el humilde molino, aun cuando su base esté carcomida y sus paredes pobladas de plantas parásitas, me inspira veneración; gracias a él, millones de seres humanos no están ya tratados como bestias de carga; han podido erguir la cabeza y ganar en dignidad al mismo tiempo que en felicidad.
05. La historia de las naciones nos enseña cómo la fuente y el arroyo han contribuido directamente al progreso del hombre más que el océano, los montes y toda otra parte del gran cuerpo del planeta que habitamos. Costumbres, religiones, estado social, dependen, sobre todo, de la abundancia de aguas corrientes.
06. Desgraciado del que se desorientara en el laberinto infinito de las grutas paralelas y ramificadas que suben y bajan; tendría que tomar la resolución de sentarse sobre un banco de estalagmitas, y contemplar cómo su antorcha se apagaba lentamente, lo mismo que su vida, si tenía bastante resignación para no morir desesperado.
07. Nuestro sitio predilecto era una pequeña isla en la cual podíamos entrar, bien pasando por el molino, construido transversalmente sobre el arroyo, o resbalándonos a lo largo de una estrecha cornisa construida en forma de acera en el exterior de la casa; allí estaban las palas y adonde el molinero iba a regularizar la marcha del agua.
08. La anarquía es la más alta expresión del orden. Para que el socialismo llegue a su perfecta expresión, es preciso que salvaguarde al mismo tiempo los derechos del individuo y los derechos colectivos. El hombre no es un accidente sino un ser libre, necesario y activo, que, ciertamente, se une con sus semejantes pero no se confunde con ellos.
09. Si los oprimidos no hubieren tenido donde templar las energías y crearse un alma fuerte contemplando la tierra y sus grandes paisajes, la iniciativa y la audacia hubieran muerto ha muchos siglos. Todas las cabezas se hubieran inclinado ante unos cuantos déspotas y todas las inteligencias hubieran caído en una indestructible red de sutilezas y mentiras.
10. Lo mismo que el hombre, considerado aisladamente, la sociedad en conjunto puede compararse con el agua que corre. A todas horas, en todos los instantes, un cuerpo humano, una simple milmillonésima parte de la humanidad se rinde o se disuelve, mientras que por otra parte sale un niño de la inmensidad de las cosas, abre sus ojos a la luz y se convierte en ser pensante.
11. El caminante que sube a una montaña se vuelve dueño de sí mismo y responsable de su propia vida: no está sometido a los caprichos de los elementos como el navegante aventurero sobre los mares; menos aún como el viajero transportado en ferrocarril, simple carga humana facturada, etiquetada, controlada y expedida a hora fija bajo la vigilancia de un empleado uniformado.
12. La fábrica, desde luego, es una enorme construcción que, lejos de estar rodeada de árboles, se levanta en medio de un espacio desnudo casi a la altura de las colinas cercanas. Al lado del edificio, una chimenea parecida a un obelisco, se eleva a más de diez metros sobre el edificio y parece aún prolongarse hacia el cielo por las negras columnas de humo que de ella salen.