01. ¡Extraño contraste el de las cosas! Para los que habitan el oasis es este un presidio; para los que lo divisan de lejos o lo ven sólo con la imaginación, es un paraíso.
02. El aire está tan cargado de humedad, que basta cerrar los ojos para hacerse la ilusión de que se está a la orilla de un arroyo, cuyas tranquilas aguas corren silenciosas.
03. La incesante batalla por la vida, que nos ha hecho enemigos del animal de los prados y del pájaro del cielo, excita también nuestros instintos contra los habitantes del arroyo.
04. (...) La evolución es el movimiento infinito de cuanto existe, la transformación incesante del universo y de todas sus partes desde los orígenes eternos y durante el infinito del tiempo.
05. El misterio que para nosotros rodeaba al viejo molino, no envolvía a la gigantesca fábrica, situada bastante más abajo, en la llanura, donde el arroyo ha recibido ya a todos sus afluentes.
06. Tarde o temprano las edades heroicas de la exploración de las montañas acabarán, como las de la exploración de la llanura, y el recuerdo de los trepadores famosos se convertirá en leyenda.
07. ¡Qué recuerdo más encantador conservamos del pequeño molino de nuestra aldea! Estaba medio oculto, y tal vez lo esté todavía, en un nido de grandes árboles, álamos, chopos, nogales y sauces.
08. No nos es posible tener un ensueño de felicidad, sin imaginarnos inmediatamente que flotamos con seres queridos en una barca que surca las aguas impelida por remos que se sumergen acompasadamente.
09. El tronco gime por la mordedura del acero, y su lamento se repite de árbol en árbol por todo el bosque, como si participaran de su dolor y comprendieran que el hacha se volverá contra ellos también.
10. ¿Es acaso el mar con sus aguas pobladas de vidas, con sus playas, que fueron los primeros caminos empleados por el hombre, y su superficie infinita excitando en el bárbaro el deseo de recorrerla de una a otra orilla?
11. Estudiado en conjunto, el arroyo se desvía a un lado y a otro como las gotas que lo componen. Su masa, contenida por una piedra o un tronco de árbol que obstruye su lecho, se desvía un poco y va a chocar contra una orilla.
12. Guiado por el ingeniero, el movimiento torpe del agua sigue la dirección que se le traza, y se la ha distribuido por las más finas pinzas y delicadas brochas, igual que por los más fuertes engranajes de la poderosa máquina.