01. Tu olvido, me río de tu olvido, nadie olvida así, un cariño sentido.
02. Quién tuviera el poder, de lograr detener, al amor que se va, se va.
03. Cuando nace un niño, como de costumbre, se enciende una estrella, para que lo alumbre.
04. Merecer la vida es erguirse vertical más allá del mal, de las caídas. Es igual que darle a la verdad y a nuestra propia libertad la bienvenida.
05. Mi gente, mi casa, mi poco de fe... Me llaman, me emplazan, me dicen... Volve.
06. Chau, amor mío, pero el desencanto puede ser tan fuerte por quererte tanto que ni aún la muerte pueda ahogar el llanto de mi soledad.
07. Atesoro lo humano cuando tiendo las manos a favor del encuentro... Por la cosa más pura con la cual me alimento, por mi pan de ternura, con las alas del alma, desplegadas al viento.
08. Chau... Amor mío, no me digas chau... Que siento frió cuando vos te vas, si te quiero tanto que no puedo más.
09. Siempre hay un motivo, si encuentras el modo de sentirte vivo, a pesar de todo.
10. Porque aprecio la vida en su justa medida, al amor lo reinvento y al vivir cada instante, y al gozar cada intento, se que alcanzo lo grande con las alas del alma, desplegadas al viento.
11. La copa está, sólo apenas por la mitad pero tú, que felicidad... No la ves vacía, vuelve a mirar, imagina y vuelve a pensar que te puedes emborrachar, pero de alegría.
12. Propongamos sin miedo una gran asamblea donde allí se proclame que la gente se ame contra viento y marea, desterrar la codicia, tirar la injusticia desde una azotea y colgar un letrero que diga te quiero y todos lo vean.