Frases de Eiji Yoshikawa - Página 4

01. Para un jefe militar, los servidores samuráis eran tan queridos como sus propios hijos. El vínculo entre señor y servidores, que habían jurado fidelidad absoluta, era tan fuerte como el que existía entre parientes. El día de la batalla, aquéllos serían los hombres que darían sus vidas ante sus mismos ojos. Si no les tenía cariño, o si su afecto y benevolencia no se percibían, no habría valientes soldados que muriesen por él. Así pues, en tiempo de paz a un señor le era muy fácil ser demasiado generoso...En contraste con el día de la batalla.

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02. Cuando Hideyoshi, que había parecido cansado del viaje, estuvo en lo alto de la torre, su resuelta figura silueteada contra el cielo nocturno, se sentía más feliz que fatigado. Cuanto más peligrosa era la situación y más profundas sus penalidades, más dichoso se sentía. Era la felicidad resultante de remontar las adversidades y ser capaz de volverse y verlas detrás, algo que había experimentado en mayor o menor grado desde la época de su juventud. Él mismo afirmaba que la mayor felicidad de la vida era permanecer en el difícil límite entre el éxito y el fracaso.

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03. Se cree que la cima es el objeto de la escalada. Pero su verdadero objeto, la alegría de vivir, no está en la misma cumbre, sino en las adversidades sufridas durante la escalada. Hay valles, riscos, arroyos, precipicios y resbaladeros, y al caminar por los senderos empinados, el escalador puede pensar en no ir más allá, o incluso en que morir sería mejor que seguir adelante. Pero reanuda su lucha con las dificultades que tiene ante sí, y cuando por fin es capaz de mirar atrás y ver lo que ha superado, descubre que ha experimentado realmente la alegría de vivir en todos los caminos de la vida.

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04. Tenía todas las comodidades del hogar, pero ahora se sentía más solitaria que en cualquier otro momento durante aquellos tres largos días en la desolada colina con sólo Takuan por compañero. Sentada en la mesa baja junto a su ventana, con la barbilla apoyada en las palmas, reflexionaba en sus sentimientos antes de llegar a una conclusión. Tenía la sensación de que aquella experiencia le había permitido ver los entresijos de su corazón. Se dijo que la soledad es como el hambre, que no está fuera sino dentro de uno mismo. Sentirse solitario es sentir que a uno le falta algo, algo vitalmente necesario.

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05. Los amigos se rodeaban mutuamente los hombros con sus brazos y revelaban cosas de las que ni siquiera hablarían con sus propios hermanos. En tales momentos uno cree que esa persona es el mejor amigo que ha tenido jamás, pero luego ambos intervenís en el mundo real y tenéis un señor o una esposa e hijos. Al mirar atrás y examinar los sentimientos que teníais cuando estabais juntos en el cuartel, descubres que han cambiado mucho. La manera de ver el mundo, los ojos con los que miras a los demás...Has evolucionado, tu amigo no es el mismo y tú tampoco. Los amigos realmente fieles, puros y abnegados son los hombres que conocemos en medio de la adversidad.

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Miyamoto Musashi

Eiji Yoshikawa

Eiji Yoshikawa
  • 11 de agosto de 1892
  • Yokohama, Kanagawa, Japón
  • 7 de septiembre de 1962
  • Tokio, Japón

Periodista, corresponsal de guerra, escritor y novelista histórico japonés, probablemente uno de los mejores y más famosos novelistas históricos de Japón y del mundo.

Sobre Eiji Yoshikawa

Eiji Yoshikawa nace en la prefectura de Kanagawa, de padre comerciante y madre ama de casa, siendo el segundo hijo del matrimonio.

En 1903 su padre tiene serios problemas financieros y Eiji Yoshikawa debe abandonar la escuela para trabajar en los muelles de Yokohama, lugar donde 1912 sufre un grave accidente que casi le cuesta la vida.

En 1910 se traslada a Tokio y se convierte en aprendiz en un taller de lacado, al tiempo que comienza a escribir cómic haiku e ingresa a una sociedad de poesía.

En 1914 gana el primer premio en un concurso de escritura de novelas patrocinado por la editorial Kodansha con "Relatos de Enoshima", mientras continúa trabajando en diversos oficios.

En 1921 Eiji Yoshikawa se unió al periódico "Maiyu Shinbun", donde pronto comenzó a publicar sus escritos en series, siendo "La Vida de Shinran" el primero en aparecer.

En 1923 se casó con Yasu Azukawa e hizo de la escritura su carrera, convirtiéndose en el escritor más leído de Japón.

A principios de la década de 1930, su estilo se volvió introspectivo, pero en 1935 su estilo se afianzó en el género de la ficción épica histórica con la publicación de la obra "Musashi" sobre el famoso espadachín Miyamoto Musashi.

Tras el estallido de la Segunda guerra sino-japonesa (1937-1945), Eiji Yoshikawa fue como corresponsal de guerra al campo de batalla, recibiendo influencias de la cultura chinas.

A su vuelta se divorció y dejó de escribir por un tiempo, casarse luego con Fumiko Ikedo (1937), con quien tiene cinco hijos.

Afectado por un cáncer de pulmón, Eiji Yoshikawa muere a los 70 años.

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