01. (...) quería escribir poesía porque me había enamorado de las palabras. Los primeros poemas que conocí fueron canciones infantiles, y antes de poder leerlas, me había enamorado de sus palabras, sólo de sus palabras. Lo que las palabras representaban, simbolizaban o querían decir tenía una importancia muy secundaria; lo que importaba era su sonido cuando las oía por primera vez en los labios de la remota e incomprensible gente grande que, por alguna razón, vivía en mi mundo.
02. Aunque los amantes se pierdan el amor no.
03. ¿Se dirá que los dioses cascan las nubes cuando las nubes son malditas por el trueno, se dirá que lloran cuando aúlla la atmósfera? ¿Serán los arcoíris el color de sus túnicas?
04. No vaya apacible en una buena noche.
05. Mi sangre nace en las venas de las rosas.
06. Sólo hay una posición para un artista en cualquier lugar, y es estar en posición vertical.
07. Al principio era el fuego ascendente que encendía con una chispa las atmósferas, chispa de ojos rojizos, chispa de triplicados ojos, brusca como una flor.
08. La luz irrumpe donde ningún sol brilla, donde no se alza mar alguno, las aguas del corazón impulsan sus mareas.
09. De los suspiros algo nace que no es la pena, porque la he abatido antes de la agonía; el espíritu crece olvida y llora: algo nace, se prueba y sabe bueno, todo no podía ser desilusión: tiene que haber, Dios sea loado, una certeza, si no de bien amar, al menos de no amar, y esto es verdadero luego de la derrota permanente.
10. ¿Acaso porque el ave del placer silbe luego de las púas candentes en los ojos, será más dulce el canto del caballo ciego?
11. Alguien me aburrió. Creo que soy yo.
12. Un cambio en los climas del corazón vuelve seco lo húmedo, la bala de oro estalla sobre la tumba helada. Un clima en la comarca de las venas cambia la noche en día; la sangre entre sus soles ilumina al viviente gusano.