01. Nos quedamos sin forma, ni propósito ni poder. El infierno es atemporal, estático y aburrido, como la sala de espera de un médico.
02. ¡Por el escroto de la lámpara encendida de Aladino, hombre! Todo es un cuento. ¿Qué otra cosa hay? Los cuentos son la única verdad.
03. Sin duda, a partir del momento en que aceptas que tu mujer se ha acostado con Dios, los hechos más extraordinarios tienden a parecerte normales y corrientes.
04. Ella no entiende que un escritor es un ser especial; Que soy distinto de todos los demás. No digo que sea superior a otras personas, solo más sensible, supongo.
05. Lo mejor es saber que hay una audiencia esperando tu trabajo y disfrutándolo, lo peor es que tienes una audiencia esperando tu trabajo y que no puedes defraudarla.
06. Si crees que todo el mundo está bien de la azotea es que no conoces a la gente que te rodea. La clave, y esto es muy relevante en nuestro caso, es encontrar a alguien cuya locura encaje con la tuya.
07. La pena reciente tiene un filo muy fino, siega los nervios, desconecta la realidad: hay piedad en una hoja bien afilada. Solo con el tiempo, a medida que va embotándose el filo, empieza el verdadero dolor.
08. No nos engañemos, yo soy lo que soy. Me bebí de un trago la jarra de cerveza, emití un silbido estridente, me incorporé de un salto, di tres volteretas hacia atrás y aterricé señalando la luna con mi títere.
09. Esta mujer podría partirme el corazón. Con esta mujer, podría estrellarme y arder. Podría perder a esta mujer, beber como un cosaco, escribir poemas profundos y morir tuberculoso en tina cuneta por culpa suya.
10. Señor, estás caminando sobre las aguas –le respondió Pedro. -Es que acabo de comer –aclaró él. Y hasta pasada una hora, no es bueno bañarse. Puede darte un corte de digestión, un calambre. ¿Es que ninguno de vosotros tiene madre?
11. Pero al fin había llegado su turno. Bueno, en realidad había llegado el turno del arcángel Miguel, pero Raziel acabó haciéndose con el encargo al perder una partida de cartas. Miguel había apostado el planeta Venus contra su milagro navideño de aquel año.
12. Después de que varios machos alfa te hayan dado la patada, la perspectiva de despertarte en brazos de un tío que te adora, aunque solo sea por gratitud sexual, y que siempre estará ahí, incluso hasta el punto de hacerse inaguantable, resulta una perspectiva halagüeña.