01. ¿Se estarán la vida entera en instituciones como ésta, entrando y saliendo, entrando y saliendo, aunque la mayoría estará más adentro que afuera, o se proponen escuchar la Divina Palabra y comprender los castigos que esperan al pecador recalcitrante en el más allá así como también en este mundo? Un montón de condenados idiotas, todos ustedes, vendiendo el derecho de primogenitura por un plato de lentejas. La emoción del robo, de la violencia, las tentaciones de una vida fácil, ¿Valen la pena cuando tenemos pruebas innegables, sí, sí, pruebas incontrovertibles de que hay un infierno? Lo sé, lo sé, amigos míos, he tenido visiones de un lugar más sombrío que cualquier prisión, más ardiente que todas las llamas del fuego humano, donde las almas de los pecadores y de los criminales recalcitrantes como ustedes, y no se burlen, malditos sean, no se rían, criminales como ustedes aúllan en una agonía infinita e insoportable, la nariz sofocada por el olor de la podredumbre, la boca atosigada por la basura ardiente, la piel que se les cae a tiras y se les pudre, y una bola de fuego que arde quemándoles las entrañas desgarradas. Sí, sí, sí, lo sé. "La naranja mecánica" (1962)
+ Frases de Criminales + Pensamientos de "La naranja mecánica"
02. Siempre es difícil poner límites. El mundo es uno, y es una la vida. La actividad más dulce y celestial participa en alguna medida de la violencia; por ejemplo, el acto amoroso, o la música. "La naranja mecánica" (1962)
+ Frases de Límites + Pensamientos de "La naranja mecánica"
03. Y te quedabas hipnotizado por la bota, o el zapato o la uña de un dedo, según el caso, y al mismo tiempo era como si te agarraran del pescuezo y te sacudieran igual que a un gato. Te sacudían sin parar hasta vaciarte. Perdías el nombre y el cuerpo, y te perdías tú mismo, y esperabas hasta que la bota o la uña del dedo se te ponían amarillas. Cada vez más amarillas. Después, las luces comenzaban a restallar como átomos, y la bota o la uña del dedo, o quizás una mota de polvo en los fundillos de los pantalones se convertían en un mesto enorme, grandísimo, más grande que el mundo, y ya te iban a presentar al viejo Bogo o Dios, y entonces todo concluía. Gimoteando volvías al presente, con la rota preparada para llorar a grito pelado. Todo muy lindo, pero muy cobarde. No hemos venido a esta tierra para estar en contacto con Dios. Esas cosas pueden liquidar toda la fuerza y la bondad de un cheloveco. "La naranja mecánica" (1962)
+ Frases de Prisionero + Pensamientos de "La naranja mecánica"
04. El interés propio, el temor al dolor físico lo llevaron a esa humillación grotesca. La insinceridad era evidente. Ya no es un malhechor. Tampoco es una criatura capaz de una elección moral. "La naranja mecánica" (1962)
+ Frases de Humillación + Pensamientos de "La naranja mecánica"
05. Fue un paseo fatigoso hasta las cancelas del puerto. Nunca había pensado que una tarde veraniega tan al norte pudiera ser tan cálida, educado como estaba en aquella imagen occidental de los leningradeses siempre vestidos con pieles. Después de ver raíles de tranvía, fardos, siluetas de barcos ahora se le ofrecían tristes praderitas, una señal modesta que indicaba el camino a la ciudad (¿Y por dónde si no, con el mar a la espalda?). Mas allá una arcada que se caía a trozos, retratos monstruosamente ampliados del soviet de Leningrado como un comité de recepción en el que ninguno de los rostros manifestara bienvenida alguna; el funcionario bajito y rechoncho que, con una preocupación más estética que burocrática, admiró largo rato la fotografía de la fotogénica Belinda, fotografía que estaba desprendida y se acomodaba entre las páginas del pasaporte de Paul; salir después a una visión de espantosa miseria, los tinglados tan parecidos a los de Manchester, necesitados de una mano de pintura bajo aquel cielo quatrocento de un soberbio azul dorado; un fuliginoso jardín atrofiado, unas urnas ornamentales ruidosas y llenas de colillas, gentes andrajosas que descansaban, carteles exhortativos; obreros sovieticos que esperaban autobuses o taxis. Por primera vez, Paul fue consciente de que llevaba el capitalismo escrito hasta en el mismo corte de sus ropas. En aquel escenario no encajaban siquiera sus pantalones de sarga ni su ajada chaqueta de sport comprada en Harris. Era la venganza exigida por el proletariado con gorra y sin corbata: se daba cuenta de que era la primera vez que veía de verdad al proletariado. Deseaba coger un taxi cuanto antes para huir hacia el mundo normal y lujoso, construido, por efímero que fuera, para los turistas capitalistas (beber a salvo alrededor de una mesa, reír, consciente de la superioridad propia en relación con los nativos del exterior). Estaba avergonzado, como lo había estado su padre, John Hussey, qué bien se acordaba, cuando tenía un empleo en aquellos tiempos de paro masivo y se ponía a esperar un taxi en la parada marcada con una gran T mientras sus compañeros de cola devoraban su camisa, su corbata, sus zapatos, hasta la grasienta gabardina que llevaba al brazo. Pero, qué demonios, éstos tenían a Yuri Gagarin, al Bolshoi, a los ballets Kirov; tenían las la promesas celestiales del camarada Jruschov, tenían el monopolio de la verdad, de la belleza y de la bondad. ¿Qué más querían? Sus ropas, sus maletas de piel de cerdo: eso era lo que querían. "Miel para los osos" (1963)
+ Frases de Monopolio + Pensamientos de "Miel para los osos"
06. El pueblo había quedado reducido a menos de medio acre. Era como una diminuta reserva para indígenas. Desde las mugrientas ventanas los cretinos miraban babeantes los parterres de hierbajos. Los gallos cacareaban todo el día; las niñas, vestidas con batas de otra época, mascaban manzanas a medio comer, amarillentas de óxido; todos los chicos parecían tener fisura palatina. Pero aun así aquello me parecía más sano que el suburbio que lo rodeaba. ¿Quién podría cantar el esplendor de esas casas apareadas con medio jardín, las paredes ciegas empedradas con guijarros, verjas diminutas que se podían franquear de una zancada, las cursis figuritas en los jardines de miniatura? El viento penetraba a cuchillo por los intersticios entre las casas, el viento de la vieja colina sepultada en asfalto, que flagelaba como el extremo de una toalla mojada, y que revolvía un caldo gris por encima de los rojos tejados, un caldo en el que remolineaba el alfabeto de pasta de sopa de las antenas de televisión: X, Y, H, T. "Derecho a una respuesta" (1960)
+ Frases de Decadencia + Pensamientos de "Derecho a una respuesta"
07. Te amé...Y quizás este amor no haya muerto en mi corazón, que nada te turbe, no quiero que nada te entristezca. Te amé en silencio y sin esperanza, en ocasiones casi muerto de alegría, en otras celoso. Te amé sinceramente...Y con tal ternura que ojalá Dios permita que otro te ame así alguna vez. "Miel para los osos" (1963)
+ Frases de Este amor + Pensamientos de "Miel para los osos"
08. Si ustedes dos, tortolitos, han terminado ya de darle a las mandíbulas será mejor que nos pongamos en camino. Lamento que no haya tarta de bodas, pero no se puede tener todo. El embarque es a las diez. Ya les he pedido una máquina de turistas, como la llaman ellos. Soborno, soborno, soborno. Con diez rublos vale. La corrupción será la ruina de este país. "Miel para los osos" (1963)
+ Frases de Lamento + Pensamientos de "Miel para los osos"
09. Si no puede aguantar la bebida es mejor que lo deje. "Miel para los osos" (1963)