01. Antes de ponerme el fuelle en las rodillas me ponía la almohada de la cama. Hasta que un día fuimos a un pic nic en lo que había sido el viejo Hipódromo nacional. Habían llevado a dos bandoneonistas y tres guitarras, y cuando se fueron a comer yo subí unos escalones, agarré un bandoneón y me lo puse en las rodillas. Esa fue la primera vez. Yo tendría nueve años.