01. Flor en el muro agrietado, yo te arranco de tu tumba y te sostengo, raíz con raíz, tu todo con el todo. Pequeña flor, si pudiera captar tu esencia, entendería qué es el hombre, qué es dios.
02. Aunque mucho sea tomado, mucho permanece; y aunque no somos ahora esa fuerza que en los viejos tiempos movía tierra y cielo, lo que somos, somos. Un parejo temple de corazones heroicos, debilitados por el tiempo y el destino, pero fuertes en voluntad, para esforzase, buscar, encontrar y no ceder.
03. Marineros míos, almas que os habéis afanado y forjado junto a mí, que conmigo habéis pensado, que con ánimo de fiesta habéis recibido el sol y la tormenta y les habéis opuesto frentes y corazones libres: sois viejos como yo; con todo, la vejez tiene su honor y sus esfuerzos; la muerte todo lo acaba, pero algo antes del fin ha de hacerse todavía.