01. La adicción es tal vez una enfermedad del espíritu.
02. Si tenemos derecho a vivir, tenemos derecho a morir.
03. Oh, quisiera escribirlo todo, volcarlo todo, sin guardar nada.
04. La lógica es en definición, el amor a la lógica. No el amor al hombre.
05. La sensación de que ya, de ninguna manera es posible seguir viviendo. ¿Será esto lo que llaman "angustia"?
06. La gente cuando miente pone invariablemente una cara seria. La seriedad de nuestros líderes políticos, ¡Pff!
07. Ahora no tengo ni la felicidad ni la infelicidad. Todo pasa. Eso es lo único que creo que es verdad en la sociedad de los seres humanos.
08. En nuestra familia la única auténtica es mamá. Ella sí que es un artículo de legítima calidad. Hay algo en ella que no admite comparación.
09. Las flores de loto que crecían allí habían empezado a marchitarse; sus truculentas carcasas, atrapadas entre tallos alargados y vencidos, las estúpidas caras de la gente con una expresión de agotamiento total, todo brotaba al frescor de la tarde y me llevaba a pensar que el fin del mundo debía de andar cerca.
10. (...) Me levanté para escapar de aquella sala y caminé por el andén hacia la salida. Acababa de llegar el expreso de las siete y cinco. Un enjambre de hormigas negras empujaba y zarandeaba, caían unas sobre otras en la aglomeración que se dirigía y salía del tren. Cestas y maletas por todas partes. También bolsos anticuados de viaje que yo tenía por desaparecidos hacía ya tiempo. ¿Los habrían expulsado a todos de su tierra natal?
11. El amor no tiene causa. Temo haber dado demasiadas razones. La verdad es que sólo lo espero. Quiero verlo una vez más. Nada más que eso. Esperar. ¡Ah! ¿No son la alegría, la furia, y la tristeza sentimientos que ocupan tan sólo una insignificante fracción de nuestra vida, y vivimos todo el enorme resto esperando? Espero con desesperante ansiedad el ruido de la felicidad que llega caminando por el pasillo, pero sólo tengo el vacío. (...) Todos pasan el día esperando inútilmente algo.
12. Cuando pretendí mostrarme precoz, la gente murmuró que yo era precoz. Cuando pretendí pasar por haragán, la gente murmuró era que haragán. Cuando quise mostrar que era incapaz de escribir una novela, se murmuró que yo no sabía escribir. (...) Cuando traté de pasar por un hombre rico, que era un hombre rico. Fingí ser indiferente y la gente murmuró que era un indiferente. Pero cuando realmente sufrí e involuntariamente gemí, la gente murmuró que me hacía el que sufría. Este mundo no anda como uno piensa.