La suerte nunca da, sólo presta.
Cuanto más grande la cabeza, más fuerte la jaqueca.
Dios le da una lombriz a cada pájaro, pero no se la lleva hasta el nido.
Una alegría compartida se transforma en doble alegría; una pena compartida, en media pena.
La sabiduría inutil sólo se diferencia de la tontería en que da mucho más trabajo.
Cuando las mujeres hablan, el mundo calla.
Los proverbios suecos son sentencias breves, sacadas de la experiencia y especulación de los antiguos sabios suecos. Muchas son observaciones acuñadas por la experiencia colectiva a lo largo del tiempo, con temas que van desde la meteorología hasta el destino invariable y fatalista de existencia. Constituyen el bagaje cultural del pueblo sueco en tiempos en los que la tradición oral pasaba la sabiduría popular de una generación a otra.