En las aguas del pequeño pueblo costero de Amity Island, un enorme Tiburón blanco ataca a varias personas. Por temor a las repercusiones que este incidente podría tener sobre el negocio turístico, el alcalde se niega a cerrar las playas y a difundir la noticia.
Un nuevo ataque del Tiburón, en la propia playa, termina con la vida de un bañista y el terror se apodera de todos.
Estos sucesos llevan al jefe de la policía local a enfrentarse con las autoridades, que no quieren espantar a los turistas, para emprender la caza del escualo junto a un biólogo marino y un caza tiburones profesional.