Disfruta de estas 19 frases de "Un mes con Montalbano"... Treinta casos, un gran abanico de delitos, que el comisario Salvo Montalbano debe resolver, cada uno de los cuales nos revela una faceta diferente de este policía tan peculiar... Un homenaje a la gente de Sicilia.
Índice
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en las frases y pensamientos de "Un mes con Montalbano", de Andrea Camilleri son: ficción con policías, procedimientos policiales, suspenso, investigador, sicilia, delito, adulterio.
Frases de "Un mes con Montalbano"
01. Había llegado el momento más difícil, el de jugar la partida y lanzar los dados. El comisario dudó un segundo y luego inició el farol.
02. Estaba seguro de que durante el sueño, un parte de su cerebro permanecía en vigilia pensando en algún problema. Y en un momento determinado lo llamaba a la realidad.
03. ¿Se puede ser policía de nacimiento, llevar en la sangre el instinto de la caza, como lo llama Dashiell Hammett, y al mismo tiempo cultivar buenas y hasta refinadas lecturas? Salvo Montalbano lo era.
04. ¿Adónde quiere llegar, comisario? A una conclusión. Pero llegaremos juntos, no lo dude.
05. Lo primero que hacía por la mañana en cuanto se levantaba era asomarse a la ventana a mirar el cielo y el mar que tenía a dos pasos de su casa: si los colores eran vivos y claros, así era su comportamiento durante el día; en caso contrario, las cosas iban mal para él y para todo aquel que se le ponía a tiro.
06. Algo lo inquietó, aunque no supo cómo ni por qué. En esto consistía el privilegio y la maldición de policía nato: captar a ras de piel, olfatear la anomalía, el detalle en ocasiones imperceptible que no cuadraba con el conjunto, el mínimo fallo con respecto al orden establecido y previsible.
07. El dueño entornó los postigos y el comisario se durmió con la cabeza apoyada en los brazos cruzados encima de la mesa, en la boca tenía todavía el sabor del pescado fresco, en la nariz el aroma de la buena cocina, en los oídos el lejano tintineo de los cubiertos que estaban lavando. A la media hora en punto, el dueño le llevó el café, el comisario se lavó un poco, se secó la cara con papel higiénico y se encaminó a la comisaría canturreando. Hacía un día precioso.
08. Volvió al despacho a las cuatro menos cuarto, un poco molesto por la digestión de un pescado a la plancha tan fresco que había recuperado la facultad de nadar en su estómago.
09. La niña no era un espejo, claro, pero lo ponía ante una definición de identidad sobre la que alimentaba serias dudas.
10. He aquí el gusano Montalbano empezando a socavar a la manzana inocente del Edén...
11. Los recuerdos, ya se sabe, son como un ovillo: se va devanando el hilo, pero de vez en cuando se introducen algunos recuerdos que no has llamado, que no son agradables, que te desvían del camino principal y te introducen en callejuelas oscuras y sucias donde, como mínimo, los zapatos se llenan de barro.
12. Era una hermosa mujer en la treintena, de carnes prietas y llenas que inspiraban a los hombres pensamientos vulgarmente terrenales.
13. Se dice que cuando un hombre está al borde de la muerte ve discurrir velozmente su vida pasada y tiene algún pensamiento más allá de lo terrenal.
14. Alguien que tiene la intención de matarse no piensa en vender todo lo que posee...
15. No soporto ver sufrir ni siquiera a una hormiga. Como tantos cazadores, sentía un enorme respeto por todas las criaturas de la tierra.
16. A partir de mañana mismo empiezo la investigación de los homicidios de Bonpensiero y Zaccaria a toque de tambor, hago que la sigan paso a paso las televisiones locales y los periódicos y mantengo una conferencia de prensa día por medio. Serán despreciados. Los Sinagra se mearán de risa cuando los vean por la calle. Los despreciarán de tal manera que no sabrán dónde esconderse para ocultar la vergüenza. Sólo tendré que decir cómo han ido las cosas y perderán el respeto de todos. Porque diré que en su familia no existe la obediencia, que reina la anarquía, que quien tiene ganas de coger, coge con quien se le antoja, mujeres casadas o solteras, que se puede matar libremente cuando, como y a quien se quiere...
17. Cuando el cornudo paciente pierde la paciencia se vuelve peligroso y está dispuesto a todo.
18. El comisario tuvo la certeza más absoluta de que le ponía los cuernos al marido, y en abundancia. Lo llevaba escrito en la manera de mover el culo, en el ímpetu con que sacudía los larguísimos cabellos negros, pero sobre todo en la mirada que lanzó a Montalbano cuando se sintió observada, con los ojos como cañones de lupara.
19. Llega un momento comisario, en que la vida de los viejos como yo consiste en una lista: la de los muertos. Muertos que poco a poco son tantos que te da la sensación de haberte quedado solo en un desierto: Entonces tratas desesperadamente de orientarte, pero, no siempre lo consigues.