
24 frases de No Logo de Naomi Klein... Libro de Naomi Klein.
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Frases de No Logo Naomi Klein
01. La libertad de expresión no tiene sentido si la cacofonía comercial llega al punto de que no podemos hacernos oír.
02. Lo que me obsesiona no es tanto la ausencia de espacio real como una profunda ansia de espacio metafórico: de liberación, de escape, de cierta especie de libertad sin condiciones.
03. A pesar de las diferencias culturales, los jóvenes de clase media de todo el mundo parecen vivir en un universo paralelo. Se levantan por la mañana y se ponen sus levi's y sus nike, toman sus abrigos, sus macutos y sus cd sony y se marchan al colegio.
04. Como gran parte de la búsqueda de lo cool, el marketing de Hilfiger alimenta la alienación que yace en las relaciones raciales en el corazón de EE. UU. : vende a la juventud blanca por el fetiche que han creado con el estilo de los negros y a la juventud negra por su fetiche de la prosperidad de los blancos.
05. La piratería publicitaria está experimentando un renacimiento, en parte debido a los adelantos tecnológicos, pero sobre todo a causa de la antigua ley de la oferta y la demanda. Hay algo no demasiado profundo en la mente del público que hace que disfrute al ver subvertidos y ridiculizados los símbolos del poder corporativo. En otras palabras, hay mercado. Habiendo logrado el comercialismo aventajar la autoridad tradicional de la religión, la política y la educación, las empresas se han convertido en el objeto natural de todo el resentimiento y la rebeldía flotantes.
06. (...) Un alto ejecutivo del grupo Omnicon, explica, con más franqueza que sus colegas, el principio rector de la industria: "los consumidores", dice, "son como las cucarachas: los rocías una y otra vez hasta que con el tiempo se vuelven inmunes".
07. (...) Mientras tanto, McDonald's sigue ocupado en perseguir a los pequeños tenderos y propietarios de restaurantes de descendencia escocesa a causa de la nada competitiva predisposición de esa nación a usar el prefijo Mc antes del apellido. La empresa puso pleito al puesto de salchicas McAllan's de Dinamarca, a la tienda de bocadillos escoceses McMunchies de Buckinghamshire, atacó la tienda McCoffee propiedad de Elizabet McCaughey del barrio de la Bahía de San Francisco, y libró seis años de batalla contra un cierto Ronald McDonald, que desde 1956 tenía un Restaurante Familiar McDonald's en un pequeño pueblo de Illinois.
08. (...) Decir a los artistas del vídeo que no pueden utilizar antiguos anuncios de automóviles o a los músicos que no pueden utilizar ni distorsionar letras de canciones es como prohibir las guitarras o impedir que un pintor utilice el color rojo. El mensaje subyacente es que la cultura es algo que nos sucede a nosotros. Compramos en una supertienda de Virgin o de Toys 'R' Us y alquilamos vídeos Blockbuster. No es algo donde participamos, algo a lo que tengamos derecho a responder.
09. Una cosa es cierta: en la economía, ofrecer empleo -empleo fijo, con beneficios sociales, vacaciones, seguridad y hasta representación sindical- ha pasado de moda.
10. La mayoría de los grandes empleadores del sector de los servicios gestionan su personal como si los salarios de los empleados no fueran algo tan esencial como pagar el alquiler o mantener a sus hijos.
11. Lo único que mis padres deseaban era viajar sin trabas en un VW. Eso les bastaba. El mar, el cielo nocturno, una guitarra acústica... ¿Qué más pedir? Bueno, la verdad es que se podía desear deslizarse por la ladera de una montaña en trineo y sentir durante un instante que te deslizas sobre nubes y no sobre la nieve. Se podía desear explorar el sudeste asiático, como los veinteañeros desilusionados del mundo de la novela The Beach de Alex Garland, buscando un confín ausente de los mapas donde hacer realidad las utopías personales. Y puestos en ello, se podía entrar en un grupo New Age y soñar con secuestros extraterrestres. Desde el ocultismo, pasando por los delirios, la rebelión y los deportes de riesgo, parece que la eterna necesidad de escapar del mundo nunca ha gozado de tan buen marketing especializado.
12. Generalmente, las empresas se atienen al principio de Wal-Mart: todas las compañías deben fusionarse, y sólo las más grandes y poderosas sobreviven. Pero el volumen por sí mismo es sólo el comienzo de la historia. Una vez que la marca ha ampliado su alcance, su atención se dirige inevitablemente a buscar medios para ser más autosuficientes por múltiples promociones cruzadas coordinadas desde el interior. En una palabra, por medio de la sinergia.
13. Los mundos de las marcas ejercen una innegable seducción. Eso se relaciona, según creo, con su carácter genuinamente utópico, o por lo menos con la ilusión que despiertan. Vale la pena recordar que el proceso de la creación de las marcas comienza con un grupo de personas sentadas alrededor de una mesa que tratan de construir una imagen ideal; Proponen palabras como "libre", "independiente", "arrugado", "cómodo", "inteligente", "elegante". Luego se ponen a buscar maneras reales de encarnar estas ideas y atributos, primero por medio del marketing y luego con tiendas minoristas, como las supertiendas o los cafés, y después -si son realmente modernos-, a través de experiencias totales de estilos de vida como parques temáticos, albergues, cruceros o ciudades.
14. A través del amplio uso de contratistas independientes, de empleados temporales y de "soluciones laborales integrales", Microsoft ha logrado construir la perfecta empresa sin empleados, un rompecabezas de divisiones exteriores, de fábricas bajo contrato y de empleados autónomos.
15. Como muchos de los fabricantes más conocidos de hoy en día ya no producen ni publicitan productos, sino que los compran y les ponen su marca, viven con la necesidad de encontrar nuevas maneras de crear y fortalecer la imagen de sus marcas.
16. Las primeras campañas masivas de publicidad, que comenzaron en la segunda mitad del siglo XIX, se relacionaban más con la publicidad que con las marcas tal como las entendemos hoy...Los anuncios debían revelar a los consumidores la existencia de un nuevo invento y luego convencerles de que sus vidas serían mejores si utilizaban automóviles en vez de carros de caballos, por ejemplo, o teléfonos en lugar de cartas y luces eléctricas en vez de lámparas de queroseno. Muchos de estos productos tenían marcas, y algunos las siguen teniendo, pero este aspecto era casi secundario. Estos productos eran nuevos por definición, y eso bastaba para publicitarios.
17. Con la manía de las marcas ha aparecido una nueva especie de empresario, que nos informa con orgullo de que la marca x no es un producto sino un estilo de vida, una actitud, un conjunto de valores, una apariencia personal y una idea. Y ello parece realmente algo espléndido, muy distinto de cuando la marca x era un sacacorchos o una cadena de hamburgueserías, o incluso una exitosa marca de zapatillas de deporte.
18. Estábamos demasiado ocupados analizando las imágenes que se proyectaban en la pared para advertir que habían vendido hasta la pared misma.
19. Una de las ironías de nuestra época es que ahora, cuando las calles se han convertido en el artículo más valioso de la cultura publicitaria, las manifestaciones de cultura se hallen bajo amenaza. Desde Nueva York hasta Vancouver y Londres, los ataques de la policía contra los graffitis, los pósters, la mendicidad, el arte urbano, los muchachos que limpian los parabrisas de los automóviles, las iniciativas de jardinería popular y los vendedores de alimentos están criminalizando rápidamente todo lo que hay de realmente público en la vida de las ciudades.
20. (...) El producto final es el adolescente global, y no el refresco, el helado, las zapatillas ni los pantalones, que debe existir como realidad demográfica en la mente de los consumidores jóvenes de todo el mundo, pues de otro modo todo el ejercicio del marketing global se derrumba. Por esta razón, el marketing joven global es repetitivo y adormecedor, ebrio con la idea de lo que intenta crear: un tercer concepto de nacionalidad que no es estadounidense ni local, sino que reúne a los dos por medio de las compras.
21. Las empresas de éxito deben producir ante todo marcas y no productos.
22. La búsqueda del verdadero significado de las marcas -o la "esencia de las marcas", como se suele llamar- apartó gradualmente a las agencias de los productos individuales y de sus atributos y las indujo a hacer un examen psicológico y antropológico de lo que significan las marcas para la cultura y para la vida de la gente. Se consideró que esto tenía una importancia decisiva, puesto que las empresas pueden fabricar productos, pero lo que los consumidores compran son marcas.
23. (...) Romi, la Farrah Fawcett de nuestro colegio, hacía sus rondas entre las filas de bancos de las aulas dando la vuelta al cuello de nuestros jerséis y nuestros polos. No le bastaba ver la figura de un caimán o de un hombre a caballo; podía ser una falsificación. Quería ver la etiqueta que había tras el logo. Sólo teníamos ocho años, pero el terror de las marcas ya había comenzado.
24. No se trata de patrocinar la cultura, sino de ser la cultura. ¿Y por qué no? Si las marcas no son productos sino ideas, actitudes, valores y experiencias, ¿Por qué no pueden ser también cultura?