18 frases de Mientras duerme el tiburón (Mentre dorme il pescecane) de Milena Agus... La familia Sevilla-Mendoza está formada por personas de lo más extrañas. Una familia donde se habla mucho de amor, de sexo, de muerte, de Dios, de la vida misma... Una novela llena de magia tremendamente humana.
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Frases de Mientras duerme el tiburón Milena Agus
01. La historia dice que nosotros, los sardos, no somos marineros, que nos retiramos al interior por miedo a los sarracenos, que en el fondo podíamos construir una flota y hacerles frente en lugar de huir a las montañas.
02. Tiene todo lo que a nosotros nos falta: la naturaleza y la fuerza de existir.
03. Y comprendí que ése era el momento de huir porque era feliz, no por lo que sucedía, sino por el simple hecho de existir.
04. (...) Dice que nosotros tenemos una idea equivocada de la estabilidad. Que para nosotros la estabilidad es quedarse quieto. Sin embargo, ser estables significa ser estables en movimiento.
05. Corazón, te regalo este libro porque quiero compartir contigo, que nunca viajaste, todos los lugares que he visto en mi vida y todos los que me gustaría ver. Si no te regalara este libro, todos esos lugares me importarían bien poco. Pero consiguen ser bonitos recuerdos porque ahora los ves tú también, y pueden despertar mi curiosidad porque ahora despiertan también la tuya. Dulzura mía
06. Uno piensa que si fuera al Cabo de Hornos, y se sentara al borde de un acantilado, y viera los dos océanos batallando, su vida sería completamente distinta. Pero me parece a mí que en todas partes cuecen habas.
07. ¿Por qué dices que utilizo la palabra amor sin ton ni son? Yo no utilizo ninguna palabra sin ton ni son. Sé que me quieres, y que tampoco es sin ton ni son, y que se me da bien conversar. Podría engatusarte con palabras, aunque mi italiano no es perfecto. Con palabras podría envenenar tu mundo y llevarte de aquí. Podría hacerte ver lo que no ves, por ejemplo, un futuro imposible sin mí. Y contigo las palabras fluyen en ríos, fáciles, precisas, sin dificultad. Con las palabras podría llevarte de aquí y sin embargo me callo.
08. La espera es una verdadera ceremonia: bombilla de diez vatios en el dormitorio, silencio total. Lo espero tendida en la cama como si fuéramos a salir. Abrigo, bolso, zapatos de tacón y manos cruzadas sobre el pecho. Una muerta dispuesta a renacer. Una feúcha dispuesta a volverse hermosísima.
09. Como reacción a la maldad de Hitler, de jovencita se hizo comunista. Pero después leyó sobre los crímenes de Stalin y Mao y sobre lo fea que era la vida en Rusia y en China. Se metió en la Iglesia, pero allí también había, o en el pasado hubo gente mala: por ejemplo, los inquisidores, o las mojigatas despiadadas. La única solución era la democracia. Perfecta. Pero papá dice siempre que incluso las democracias occidentales, con su dictadura económica, asesinan al Tercer Mundo.
10. Siete horas al timón aguantando el agua de lluvia y de mar. Una violencia capaz de arrancar una tabla empernada de la proa. Ni un solo punto de referencia en un mundo de agua enfurecida. Podía perder la vela, partirse el palo. La única salida era gobernar la embarcación un poco y aguantar. Entonces Mauro comprendió que podía morirse, se resignó y se puso a admirar el paisaje, helado y entumecido como estaba. Disfrutaba de la altura de las olas y de ese espacio sin tierra, sin cielo, sólo de agua pulverizada por el viento. Y después pasó. Mauro lo había conseguido.
11. ¿Qué he hecho para ser tan feliz? Las playas son largas y en invierno están desiertas. Mi veterinario vive en una casa con mucho jardín, mucha familia y muchos animales. A la familia no la conozco porque siempre lo espero en la cancilla, pero a los animales sí. Me hacen fiestas meneando la cola y maullando al otro lado de la reja. Sobre todo Biagio, el perro más viejo, que si fuera hombre tendría sesenta y tres años. Le caigo bien. Por eso mi veterinario suele llevarlo con nosotros para que corra por la playa y me lo entrega con su trailla, o me entrega a mí al perro. Y Biagio corre, corre mientras las olas rompen en las rocas de la orilla y nos rocían de sal. Y yo también corro al ritmo del perro. Existía también esta vida y yo sin saberlo.
12. (...) Hay algo que no le funciona, puesto que ella no consigue estar con sus amantes más de una o dos horas y después de hacer el amor, de alguna charla agradable y de comentar los últimos acontecimientos mundiales, siente que es hora de marcharse, o ellos se lo dan a entender: que ya no se puede quedar.
13. No es que se canse de sus amantes, sino que tiene miedo de que ellos se cansen de ella y por eso trata de dar lo mejor.
14. Quiéreme. Quiero hacer el amor con todas las partes de tu cuerpo por pequeñas que sean. Quiero follar con tu cerebro. Quiero follar con tu corazón.
15. Si nos hubiera hecho un escultor, yo parecería dejada a medias, y ella acabada... Pero el material utilizado es el mismo y eso a mí me enorgullece.
16. Te echo de menos...No te conozco y te echo de menos. O quizá debería decir que te echaba de menos y te encontré. Y no quisiera que me tomaras por loco, pero te quiero.
17. Incluso las democracias occidentales, con su dictadura económica, asesinan al Tercer Mundo.
18. Ningún hombre se ha acostumbrado a la expulsión del Edén.