Frases de Los monólogos de la vagina

Los monólogos de la vagina

7 frases de Los monólogos de la vagina (The Vagina Monologues) de Eve Ensler... Libro de Eve Ensler.

Frases de Eve Ensler

Frases de Los monólogos de la vagina Eve Ensler

01. La mujer que dirigía el taller nos pidió que volviéramos a coger nuestros espejos de mano y que intentáramos localizar nuestro clítoris. Ahí estábamos, todo un grupo de mujeres tumbadas boca arriba, en nuestras colchonetas, buscando nuestros puntos, nuestro núcleo, nuestra razón, y de pronto, no sé por qué, me eché a llorar. Quizá fue por pura vergüenza. Quizá fue por saber que tenía que renunciar a la fantasía, a la enorme y devastadora fantasía de que alguien o algo lo haría por mí...La fantasía de que alguien vendría a guiar mi vida, a escoger la dirección, a darme orgasmos.


02. No es de extrañar que los líderes religiosos varones afirmen tan a menudo que los seres humanos nacimos en pecado...Porque nacimos de criaturas hembras. Únicamente obedeciendo las reglas del patriarcado podemos renacer a través de los hombres. No es de extrañar que sacerdotes y pastores ataviados con vestiduras largas nos rocíen la cabeza con un fluido que imita las aguas del parto que nos den nuevos nombres y nos prometan renacer en la vida eterna.


03. (...) Ni una sola vez oí la palabra clítoris. Transcurrirían años hasta que aprendí que las mujeres poseíamos el único órgano en el cuerpo humano cuya función exclusiva era sentir placer. (Si semejante órgano fuese privativo del cuerpo masculino, ¿Pueden imaginarse lo mucho que oiríamos hablar de él...Y las cosas que se justificarían con ello? ).


04. (...) Entonces comprendí que tenemos vello ahí por una razón...Es como la hoja alrededor de la flor, como el césped que rodea la casa. Tienes que amar el vello para poder amar la vagina. No puedes escoger las partes que quieres.


05. Da miedo decir la palabra. "Vagina". Al principio tienes la sensación de estar atravesando violentamente una barrera invisible. "Vagina". Te sientes culpable e incómoda, como si alguien fuese a derribarte de un golpe. Entonces, después de haber dicho la palabra cien o mil veces, se te ocurre que es tu palabra, tu cuerpo, tu lugar más esencial. De repente te das cuenta de que toda la vergüenza y la incomodidad que has sentido hasta entonces al decir la palabra ha sido una forma de silenciar tu deseo, de minar tu ambición.


06. El corazón es capaz de sacrificarse. La vagina también. El corazón es capaz de perdonar y de sanar. Puede cambiar su forma para dejarnos entrar. Puede dilatarse para dejarnos salir. La vagina también. Puede sufrir por nosotras y ensancharse por nosotras, morir por nosotras y sangrar y traernos entre sangre a este mundo difícil y maravilloso. La vagina también. Yo estaba allí, en la habitación. Lo recuerdo.


07. Me convertí en una gemidora. Eso ponía ansiosos a la mayoría de los hombres. Francamente, les aterraba. Yo gemía con fuerza y ellos no podían concentrarse en lo que estaban haciendo. Se distraían, perdían la atención...Y entonces lo perdían todo. No podíamos hacer el amor en las casas de la gente. Las paredes eran demasiado delgadas. Acabé teniendo mala fama en mi edificio, y la gente me miraba con desprecio en el ascensor. Los hombres pensaban que era demasiado vehemente; otros me decían que estaba chiflada.

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