
22 frases de Los amantes bajo el Danubio de Federico Andahazi... Libro de Federico Andahazi.
Frases de Los amantes bajo el Danubio Federico Andahazi
01. Desde la primera conversación puede anticiparse todo lo que ocurrirá entre un hombre y una mujer. Ambos sabrán qué los atrae y qué los rechaza. Advertirán los resquicios del espíritu donde puede anidar el amor, la indiferencia o, incluso, más tarde, el odio. En la primera charla se verán las coincidencias y las diferencias más elementales: la condición social, las creencias, la fe religiosa, las tradiciones, las rebeliones contra el dogma familiar e, incluso, podrá mirarse más allá del follaje y la hojarasca del árbol genealógico.
02. ¿Cuándo se consuma una traición urdida entre un hombre y una mujer? ¿A partir del primer cruce de miradas? ¿Durante el imperceptible estremecimiento que sacude las certezas más firmes como un sismo cuyo epicentro se origina en las entrañas? ¿En el momento en que surge el pensamiento que, con premeditación y alevosía, abre las puertas de la imaginación hacia el abismo de un futuro diferente? ¿Con el primer contacto, un mero roce de manos o, menos aún, con el aire de un susurro que acaricia la piel tras el lóbulo de la oreja? ¿A partir del primer abrazo? ¿Desde el primer beso? ¿Cuando la mano percibe las formas por encima de la ropa? ¿Con el entrelazamiento animal de los cuerpos desnudos? ¿Acaso es la aparición de la palabra que pone nombre a los hechos y a los sentimientos? ¿O la traición se consuma con la sola enunciación de un plan secreto?
03. El prestigio es uno de los bienes más baratos y fáciles de comprar.
04. La amistad entre un hombre y una mujer se desvanece debajo de las sábanas.
05. Las personas nunca cambian; cambian las circunstancias. Y esa variación es la que modifica las relaciones entre las personas.
06. Los hombres, de pequeños, jugaban a la guerra y se batían con armas de juguete. De grandes, seguían jugando a la guerra con armas verdaderas. El mundo estaba gobernado por niños que se creían adultos.
07. La guerra convierte esas evanescentes diferencias en un abismo insondable. La vida y la muerte dejan de ser especulaciones de la razón para transformarse en un dilema urgente, inmediato, desesperado. La vida pasa a ser un cristal frágil y la muerte una posibilidad cercana.
08. La guerra suele poner en evidencia de manera brutal la sinrazón del sentido común.
09. La única certidumbre sobre la naturaleza de la traición, (...), es que, a diferencia de la ofensa, es irreparable.
10. La preocupación de los padres por sus hijos es, por naturaleza, mucho más fuerte que la de los hijos por los padres.
11. A veces es preferible afrontar la peor de las certezas que estar condenado a una incertidumbre perpetua.
12. Pero la vida suele tomar caminos inesperados. La existencia de las personas es la suma de pequeñas circunstancias imprevistas.
13. Las mujeres suelen pensar con una intuición superior a la inteligencia...
14. El amor, al menos en términos ideales, está dirigido a la felicidad del ser amado; el odio, en cambio, está destinado a la destrucción propia de quien lo ejerce.
15. Los hilos invisibles que manejan el destino de las personas a veces quedan en evidencia, y lo que parece obra del Gran Demiurgo se convierte en la función de un mal titiritero. No existen los encuentros casuales.
16. No existen recuerdos más activos y vigorosos que aquellos que se esconden detrás del velo misterioso de la amnesia.
17. La vida, finalmente, no es otra cosa más que una suma de minucias que, por circunstancias aleatorias, se convierten en hechos trascendentales.
18. Un escritor, (...), puede, en el mejor de los casos, llegar a miles de lectores. Pero alcanzar el corazón de uno solo justificaba la tarea.
19. Se gustaron mutuamente. Quedaron enteramente fascinados. Por momentos se hacían largos silencios que eran besos, apasionados besos in mente en los que no participaban sus cuerpos. Besos in péctore que aceleraban sus corazones pero en los que no intervenían los labios. Besos in cogitans que confundían el entendimiento sin que sus bocas entraran en contacto. La belleza encandila, embriaga.
20. He sido tan feliz. Te quise tanto. Es imposible decidir sobre el presente y sobre el futuro. A veces tenemos la ilusión de que somos dueños de nuestro pasado. Pero en realidad, somos sus esclavos. El pasado es tan real como la luz, aunque, como ella, también es intangible. Nos ilumina pero no lo podemos cambiar.
21. No puede alcanzarse una verdadera relación de amor entre un hombre y una mujer si no ha sido templada en el crisol de la amistad.
22. A diferencia de los lazos de parentesco sanguíneos, políticos o de cualquier otra relación humana, no hay estatuto que establezca la naturaleza de la amistad, las consecuencias que implica su comienzo o las que determina su fin. Es el único vínculo que no obedece a pautas escritas y, paradójicamente, es la relación más fuerte que puede unir a dos personas.