
22 frases de Lo que el día debe a la noche (Ce que le jour doit à la nuit) de Yasmina Khadra... Una promesa hecha en secreto,un amor imposible, una historia torrencial y apasionante en Argelia desde la segunda guerra mundial a nuestros días.
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Frases de Lo que el día debe a la noche Yasmina Khadra
01. Somos rehenes de nuestros recuerdos.
02. El tiempo no tiene edad... Somos nosotros los que hemos envejecido.
03. Hay silencios que se deben respetar. Al igual que las aguas estancas, apaciguan nuestra alma.
04. (...) Mi error consistió en no tener el valor de asumir mis propias convicciones.
05. Cuando no vemos solución a nuestra desgracia, buscamos un culpable.
06. En amor no hay vergüenza ni crimen, salvo cuando se le sacrifica, incluso por buenas causas.
07. Era el amor y el odio metidos en un mismo fardo, cautivos de una misma camisa de fuerza.
08. Lo que llamamos fatalidad, no es más que nuestra terquedad para asumir las consecuencias de nuestras pequeñas y grandes debilidades.
09. (...) Por ellos, por ejemplo, me enteré de que el agua de mar era dulce hasta que las viudas de los marineros la salaban con sus lágrimas...
10. (...) Las mujeres hacen estas cosas con la cabeza. Sólo están listas cuando todo está en orden en su mente. Son dueñas de sus emociones.
11. No hay nada malo en escuchar. La vida es un aprendizaje permanente; tanto cambian las cosas y con ellas las mentalidades que cuanto más cree uno saber, menos sabe.
12. La desgracia es un callejón sin salida. Lleva directamente al muro. Si quieres librarte de ella, aléjate de espaldas. Así creerás que retrocede mientras le plantas cara.
13. Si una mujer te amara, (...), si una mujer te amara profundamente, y si tuvieses la presencia de ánimo de evaluar tamaño privilegio, no habría divinidad que te llegara al tobillo.
14. Quien deje pasar de largo la más bella historia de su vida no tendrá otra edad que la de sus pesares y no habrá suspiro en el mundo capaz de mecerle el alma...
15. Si la ciudad era una ilusión, el campo sería una emoción cada vez mayor; cada nuevo día evoca el amanecer de la humanidad, cada noche llega como una paz definitiva.
16. Si el mundo no te gusta como es, reinvéntate otro, y no permitas que ninguna pena te baje de tu nube. La vida sonríe siempre a quien sabe pagarle con la misma moneda.
17. Corre tras ella... Puede que algún día se consiga alcanzar un cometa, pero no hay en esta tierra ninguna gloria capaz de consolar a quien deja escapar la auténtica oportunidad de su vida.
18. La vida es un tren que no se detiene en ninguna estación. O lo tomas en marcha o lo miras pasar desde el andén, y no hay peor tragedia que una estación fantasma.
19. Se trata de amor. No he robado ni corrompido nada. Un flechazo como ocurren miles en el mundo. El flechazo es un estado de gracia; ese instante privilegio de dioses. No veo por qué no me lo voy a merecer. Tampoco tengo por qué avergonzarme.
20. Si quieres convertir tu vida en eslabón de eternidad y permanecer lúcido hasta en el corazón del delirio, ama... Ama con todas tus fuerzas, ama como si no supieras hacer otra cosa, ama hasta encelar a príncipes y dioses... Pues sólo en el amor la fealdad embellece.
21. Quiero saber si es verdad. ¿Los árabes son perezosos? (...) No somos perezosos. Sólo que nos tomamos nuestro tiempo para vivir. Algo que no les ocurre a los occidentales. Para ellos, el tiempo es dinero. Para nosotros, el tiempo no tiene precio. Un vaso de té nos basta para ser felices, a ellos ninguna felicidad les basta.
22. ¿Quiénes somos en realidad? ¿Lo que fuimos y lo que nos hubiera gustado ser? ¿El daño que causamos o el que padecimos? ¿Las citas a las que no acudimos o los encuentros fortuitos que desviaron el curso de nuestro destino? ¿Los bastidores que nos preservaron de la vanidad o las candilejas que usamos como hogueras? Somos todo eso a la vez, todo lo que ha sido nuestra vida, con sus altibajos, sus proezas y sus vicisitudes; también somos el conjunto de los fantasmas que nos habitan... Somos varios personajes en uno, tan convincentes en los distintos papeles que hemos asumido que nos resulta imposible saber cuál hemos sido de verdad, en cuál nos hemos convertido, cuál nos sobrevivirá.