
8 frases de Las baladas del ajo (Tiantang suantai zhige) de Mo Yan... El gobierno comunista anima a los granjeros a plantar grandes campos de ajo. Cuando éstos descubren que es imposible venderlos, se sublevan y la represión es brutal. Pese a estar encarcelados en condiciones terribles, aún florecen entre ellos el amor.
Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Mo Yan son: miseria, campesinos, comunismo, opresión, brutalidad, rebelión, plantaciones, china, pobreza, crítica al socialismo, corrupción política, matrimonio sin amor, represión, poder del amor, vida rural.
Frases de Las baladas del ajo Mo Yan
01. Nunca acabes un buen alimento de un solo bocado, ni cuentes una buena historia de un tirón.
02. ¿Qué crees que se va a agotar antes, tu boca o la porra eléctrica? (...) Ahora no cometas ninguna locura. Tener la boca demasiado grande es la causa de la mayor parte de los problemas.
03. Los ciudadanos plantaban ajo para mantener a sus familias, enojando a los codiciosos tiranos que están llenos de odio, enviando hordas de recaudadores de impuestos para oprimir a las masas, que se lamentaban de su suerte...
04. Dijeron que los oficiales amaban al pueblo. Entonces, ¿Por qué trataban a la gente como si fueran sus enemigos? Los gravosos impuestos y los aranceles cobrados por debajo de la mesa, como bestias abominables, obligaron a los campesinos a dirigirse a las colinas.
05. Todo el mundo dice que nuestros líderes local es son elegidos por las masas. ¿Pero por qué los funcionarios siguen gastándose todo el dinero de sus amos? Nosotros, el pueblo llano, sudamos sangre como si fuéramos bestias de carga, sólo para que los oficiales corruptos y codiciosos puedan engordar y no hacer nada.
06. - ¿De verdad odias tanto el socialismo? –preguntó el policía. -Lo que odio no es el socialismo, sino a vosotros. Para vosotros el socialismo no es más que una etiqueta, pero para mí es una formación social concreta, y no algo abstracto. Está encarnada en la posesión pública de los medios de producción y en un sistema de distribución. Desgraciadamente, también está encarnada en oficiales corruptos como vosotros. ¿Acaso no es cierto? –preguntó Gao Ma.
07. - ¿A dónde van las chicas? ¿A la ciudad? Los chicos de la ciudad no están interesados en las chicas del campo. Es todo un dilema. Pensemos en un buey o un caballo: cuando llega el momento de levantar la cola y parir a un joven, si es una hembra todo el mundo salta de alegría; pero si es un macho, no se ven más que caras largas. Sin embargo, con las personas sucede todo lo contrario. La alegría se produce cuando nace un varón, pero el nacimiento de una mujer todo el mundo lo recibe con el gesto torcido. Y luego, cuando el chico crece y no es capaz de encontrar a una esposa, vuelven a aparecer las caras largas.
08. Una doctora vestida de blanco apareció en la puerta, con las manos protegidas por unos guantes de goma que le llagaban a la altura del codo, por donde resbalaba, principalmente, un reguero de gotas de sangre. El hombre corrió a su encuentro. - ¿Qué ha sido doctora? -Una niñita. Al escuchar que era padre de una pequeña, el hombre se tambaleó un par de veces hasta caer de espaldas, golpeándose ruidosamente la cabeza contra las baldosas, que dio la sensación de romper. -Doctora – dijo mientras se detuvo en el umbral de la puerta – ¿Conoce a alguien a quien le gustaría tener a una niña? ¿Podría ayudarnos a encontrarle un hogar? - ¿Pero es que en vez de corazón tiene una piedra? – Preguntó enojada la doctora – Llévese a su hija y trátela bien. Cuando cumpla los dieciocho años puede conseguir al menos diez mil para ella.