38 frases de La hija del caníbal de Rosa Montero... A través de personajes complejos, la novela explora la complejidad de la vida, con frases sobre la maternidad, el amor, la identidad y la búsqueda de significado en la vida.
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Frases de La hija del caníbal Rosa Montero
01. Todos llevamos dentro nuestro propio infierno.
02. Yo tengo tanto miedo como tú.
03. Dormir es ensayar la muerte, por eso atemoriza.
04. Son caníbales aquellos que para amar devoran.
05. El verdadero poder siempre está en la sombra.
06. El silencio puede ser ensordecedor y la ausencia invasora.
07. Resignación, esa es la palabra de la gran derrota.
08. La vida es mucho más grande que nuestros miedos.
09. Confundía aún su deseo de amar con el amor.
10. La pérdida, cualquier pérdida, es un aperitivo de la muerte.
11. Lo que más me gusta en el mundo es una buena historia.
12. ¿A qué no sabes cómo se hace el nudo de una horca?
13. Se acabó, te volviste invisible. Ahora sí que la has jodido para siempre.
14. De aquella época recuerdo sobre todo eso, el hambre de vivir, la confianza.
15. No hay más realidad que la que completamos, traducimos, alteramos con nuestra mirada.
16. Porque en el alucinamiento del amor todos somos estúpidos y perpetuamente jóvenes.
17. Es siempre en los momentos de debilidad cuando más creemos querer a quien necesitamos.
18. Vivir no es sólo perder. Vivir es viajar. Dejas unas cosas y encuentras otras.
19. Para bien o para mal, nada sigue igual tras una revelación como es debido.
20. La narrativa, a fin de cuentas, no es sino el arte de hacerse perdonar la esquizofrenia.
21. De repente a la gente le entran ganas de cambiar de vida. Si yo le contara.
22. Aun en el peor de los casos, siempre hay algo en nosotros capaz de lo mejor.
23. En el mundo real, la cobardía es sabiduría y el heroísmo es una estupidez.
24. Ser torero era tener donaire, era ser arrogante, era disfrutar de la vida porque se estaba vivo.
25. Fui aprendiendo de verdad lo que es la pérdida. Cómo no aprenderlo, si vivir es perder, precisamente.
26. El miedo y el valor vienen juntos. A veces no sé dónde termina uno y empieza el otro.
27. El hombre que no teme a las verdades nada debe temer a las mentiras. Es una frase de Thomas Jefferson.
28. Sentí ese desfallecimiento singular que uno a veces percibe cuando se asoma a depende qué precipicios, a depende qué ojos.
29. A menudo de lo grosero nace lo sublime; del horror, la belleza, y de lo trascendental, la idiotez más completa.
30. Le parece estar contemplándose desde el exterior, como si fuese la protagonista de una película o de un libro.
31. El amor como droga, compulsivo. El amor como abismo y como peligro. Ese amor espléndido por el que uno se pierde.
32. ¿Quién fue, por ejemplo, la niña que yo fui? ¿Dónde se ha quedado, qué pensaría de mí si ahora me viera?
33. Eran noches que nunca se acababan, las noches eternas de la juventud, que vistas desde mi edad, os lo aseguro, llegan a fundirse en una sola.
34. Justo en la edad del ser y del estar, pero ni estando en ningún lado ni sabiendo quién era, pura contradicción y desconcierto.
35. Me parecía que un torero tenía que estar en torero a todas horas, uno era torero todo el día, desde por la mañana hasta la noche.
36. Uno cree que la vida es una acumulación de cosas, que con los años vas conquistando y ganando y coleccionando y atesorando, cuando en realidad vivir es irte despojando inexorablemente.
37. Las pasiones eternas suelen durar una media de seis meses y luego, si las cosas marchan bien, se reconvierten en amores para toda la vida, que duran aproximadamente dos años más.
38. Crecer es perder y es traicionarse: pierdes a los seres queridos, pierdes la juventud, pierdes tu propia vida y a menudo acabas perdiendo también tus ideales, y ahí es donde empieza la traición a uno mismo.