Frases del libro "El profeta" de Gibran Jalil Gibran

El profeta

Disfruta de estas 31 frases de "El profeta"... Ocho años antes de su muerte un sabio abandona el pueblo donde ha vivido y antes de irse la gente le pide que hable de ciertos temas... Recopilación de fragmentos sobre diversos temas.

Índice

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en las frases y pensamientos de "El profeta", de Gibran Jalil Gibran son: cuentos filosóficos, meditación, islam, guía espiritual, amor, búsqueda de la verdad, profetas, matrimonio, libertad, el bien y el mal, religiones, conciencia de la muerte.

Frases de "El profeta"

01. Vuestra alegría es vuestra tristeza sin máscara.


02. Es por el trabajo que el amor se hace tangible.


03. El amor no da ni toma nada, excepto de sí mismo.


04. Hagan de su vida diaria su templo y su religión.


05. Hay quienes dan con alegría y esa alegría es su premio.


06. El amor no descubre toda su profundidad sino en los momentos de separación.


07. Sólo será grande quien sepa escuchar la voz del viento y convertirla en un canto.


08. No te aceptes tomando por albergue las tumbas construidas por los muertos para encerrar a los vivos.


09. [Tus hijos] Podéis esforzaros en ser como ellos, pero no busquéis el hacerlos como vosotros.


10. Amar a la vida desde el trabajo es intimar con el más recóndito secreto de la vida.


11. En el rocío de las cosas pequeñas el corazón encuentra su mañana y se refresca.


12. Las necesidades del hombre cambian, pero no su amor, ni su deseo de que este amor satisfaga sus necesidades.


13. A menudo, al negaros placer, no hacéis otra cosa que guardar el deseo en los recesos de vuestro ser.


14. No olvides que la tierra ama sentir tus pies desnudos y que los vientos hacen su delicia al jugar con tus cabellos.


15. Hay quienes dan poco de lo mucho que tienen y lo dan buscando el reconocimiento y su deseo oculto malogra sus regalos.


16. El placer es una canción de libertad, pero no es libertad. Es el florecer de vuestros deseos, pero no su fruto.


17. El pensamiento es un pájaro del espacio que, en una jaula de palabras, puede, en verdad, abrir las alas, pero no puede volar.


18. Y vuestro cuerpo es el arpa de vuestra alma. Y sois vosotros los que podéis sacar de él dulce música o confusos sonidos.


19. La vida no retrocede ni se entretiene con el ayer. Vosotros sois el arco desde el que vuestros hijos, como flechas vivientes, son impulsados hacia delante.


20. Y hay quienes tienen poco y lo dan todo. Son éstos los creyentes en la vida y en la magnificencia de la vida y su cofre nunca está vacío.


21. No podemos pedirte nada porque tú conoces nuestras necesidades antes de que nazcan en nuestro ser: tú eres nuestra necesidad y dándonos más de ti, nos lo das todo.


22. Y la belleza no es una necesidad, sino un éxtasis. No es una sedienta boca, ni una vacía mano extendida. Sino, más bien, un corazón ardiente y un alma encantada.


23. (...) Y hay quienes tienen poco pero lo dan todo. Éstos últimos creen en la vida y en la generosidad de la vida, es por lo que sus cofres jamás están vacíos.


24. Y estad juntos, pero no demasiado juntos. Porque los pilares del templo están aparte. Y, ni el roble crece bajo la sombra del ciprés ni el ciprés bajo la del roble.


25. Vuestros hijos no son hijos vuestros. Son los hijos y las hijas de la Vida, deseosa de sí misma. Vienen a través vuestro, pero no vienen de vosotros. Y, aunque están con vosotros, no os pertenecen.


26. ¡Cómo pudiérais enfrentar al sol y al viento con más de vuestra piel y menos de vuestro ropaje! Porque el aliento de la vida está en la luz del sol y la mano de la vida en el viento.


27. Si, en verdad, queréis contemplar el espíritu de la muerte, abrid de par en par vuestro corazón en el cuerpo de la vida. Porque la vida y la muerte son una, así como el río y el mar son uno también.


28. Algunos de vosotros decís: "La alegría es superior al dolor" y otros: "No, el dolor es más grande". Pero yo os digo que son inseparables. Vienen juntos y, cuando uno de ellos se sienta con vosotros a vuestra mesa, recordad que el otro está durmiendo en vuestro lecho.


29. Cuando el amor os llame, seguidlo. Y cuando su camino sea duro y difícil. Y cuando sus alas os envuelvan, entregaos. Aunque la espada entre ellas escondida os hiriera. Y cuando os hable, creed en él. Aunque su voz destroce nuestros sueños, tal cómo el viento norte devasta los jardines.


30. Si vuestras velas o vuestro timón se rompieran, no podríais más que agitaros e ir a la deriva o permanecer inmóviles en medio del mar. Porque la razón, gobernando sola, es una fuerza limitadora y la pasión, desgobernada, es una llama que se quema hasta su propia destrucción.


31. Vuestro amigo es la respuesta a vuestras necesidades; él es el campo que sembráis con amor y cosecháis con agradecimiento; él es vuesra mesa y el fuego de vuestro hogar. Cuando os alejéis de vuestro amigo no sintáis dolor. Porque lo que más amáis en él quizás esté más claro en su ausencia.

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