
13 frases de El caso del mayordomo asesinado (Odore di chiuso) de Marco Malvaldi... Libro de Marco Malvaldi.
Frases de El caso del mayordomo asesinado Marco Malvaldi
01. Una mirada directa, franca y sonriente; dos ojazos oscuros jaspeados de verde que saben perfectamente que esta mañana no os habéis cambiado la ropa interior, pero que os dan a entender que, en el fondo, es asunto vuestro.
02. Que sería el hecho, querido señor comisario, de que yo no sé hacer un pimiento. Disculpad la rudeza, pero estoy a punto de convertirme en plebeyo y será oportuno que me adapte. Nunca en mi vida he trabajado un solo día y, aunque quisiera, no sé cómo se hace. Ayer era poeta y futuro barón; hoy, un gilipollas sin arte ni parte.
03. Cocinar es cosa de mujeres... Lo único que hace un verdadero hombre en la cocina es situarse a espaldas de la cocinera y luego ya nos entendemos.
04. Quiero obtener precisamente una mayonesa. Algo que no es agua ni aceite pero que, sin embargo, es mucho más precioso que los componentes de partida y tiene consistencia propia, hasta el punto de que resulta cremosa y sólida aunque se obtenga de la mezcla de líquidos. Por eso, y por la versatilidad que nos consiente aliñarla a nuestro gusto, se la considera con justicia la reina de las salsas. Pero se necesita paciencia y método para lograrla, se debe proceder sin prisa y sin pausa.
05. Alguien sabe perfectamente lo que se le pide, pero no responde a las preguntas porque tiene miedo.
06. (...) Era un hombre que, si acaso, infundía miedo. Alto, corpulento, con dos palas en lugar de manos y una manera de mirar directo entre los ojos que significaba una amenaza continua. El capataz. El que hace que todo avance. Hoy en día se llama manager y de costumbre desarrolla el trabajo contrario.
07. ¿Por qué los que cocinan bien son siempre tan simpáticos como un tenedor en un ojo?
08. Un libro de cocina debe ser comprensible para todos, porque todos comemos y tenemos derecho a comer cosas buenas y bien cocinadas.
09. Estoy en una silla de ruedas, no me negarás el derecho a un poco de aventura, aunque sea de segunda mano.
10. El cólera, el tifus, inundaciones o furias divinas, pero siempre que se coma a mediodía y se cene a las siete, el mundo, para artusi, es un sitio donde no hay preocupaciones dignas de quitar el sueño.
11. (...) Sonrió con una sonrisa que el comisario conocía bien: la del cabrón que te está diciendo que has entendido perfectamente, pero no puedes probar una mierda.
12. Qué absurdo. Por tanto, si un tipo cualquiera mata a un cristiano, no se lo puede ajusticiar, sino que además hay que hacerse cargo de él. ¿A esto llamáis progreso?
13. Una de las maldiciones más comunes para los hombres poderosos es la de tener un hijo tonto. Hay ejemplos para dar y regalar, con particular evidencia en la política.