Frases de Diez de diciembre

Diez de diciembre

19 frases de Diez de diciembre (Tenth of december) de George Saunders... Diez cuentos localizados en la América suburbana y periférica. El amor, el tedio en el trabajo, el sexo y la muerte son algunos de los temas que el autor trata con su particular estilo.

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Frases de Diez de diciembre George Saunders

01. ¿Era especial? ¿Se consideraba ella especial? Oh, cielos, no estaba segura. En la historia del mundo muchas fueron más especiales que ella. Helen Keller había sido alucinante; la Madre Teresa era increíble; la Sra. Roosevelt era una fiesta a pesar de su marido, que era paralítico, lo cual, además, se sumaba a que ella era lesbiana, con esos enormes dientes, mucho antes de que ser lesbiana y Primera Dama fuera siquiera algo conceptual. Ella, Alison, no podía aspirar a competir en la misma categoría que esas mujeres. ¡Aún no, en cualquier caso!


02. Así que pasando de los chicos locales. Y pasando, sobre todo, de Matt Drey, dueño de la boca más grande del reino. Besarlo anoche durante el espectáculo de las animadoras fue como besar una boca de metro. ¡Qué miedo! Besar a Matt fue como tener de pronto una vaca con jersey cerniéndose sobre ti, una vaca que no acepta un no por respuesta, cuyo enorme cabezón se está inundando de sustancias químicas que ahogan la poca capacidad que ya de por sí tenía Matt para razonar.


03. Era pura dicha. Era perfección. Era aquella cosa imposible: felicidad que no se marchita para revelar los delgados brotes de un nuevo deseo que crece en su interior.


04.


05. ¿Por qué bailaba? No había motivo. Estaba viva, sin más.


06. Cada paso era una victoria. Debía recordárselo.


07. Basándome en mi experiencia vital, que tampoco ha sido como para tirar cohetes, tiendo a estar de acuerdo con aquello de "si no está roto, no lo arregles".


08. Una de dos: (A) yo era una mala persona que hacía a sabiendas una cosa horrible una y otra vez, o (B) no era tan horrible, en verdad, solo algo normal, y la forma de confirmar que era normal era seguir haciéndolo, una y otra vez.


09. Cómo cambia el juego. Supón que alguien no puede amar. Ahora él o ella podrá. Podemos hacer que ame. Imagina que alguien ama demasiado. O ama a una persona que sus tutores o un profesional de la salud considera inapropiada para ellos. Podemos cortarle las alas a esa mierda. ¿Y si una persona está triste por culpa del amor verdadero? Ahí es donde entramos nosotros, o su tutor o su médico: no más triste. Ya no somos, en términos de control emocional, barcos a la deriva. Nadie lo es. Vemos un barco a la deriva, nos subimos a bordo, instalamos un timón, le ponemos a él o a ella rumbo al amor.


10. Supongo que uno tiene que acabar confiando en sus hijos, confiar en que el interés que albergan en su interior termine por abrirse paso y manifestarse, ¿No creéis?


11. Era como la cama sobre la cual amontonan los abrigos en una fiesta.


12. Quizá era eso el amor: querer a alguien tal y como es y hacer cosas para ayudarle a ser aún mejor.


13. Los márgenes del desastre inminente se ensancharon hasta incluir la muerte de todos los presentes.


14. Una casa que daba al parque. La había visto un millón de veces. Y ahora estaba dentro. Olía a sudor de hombre y a salsa de espaguetis y a libros viejos. Como una biblioteca a la que acudían hombres sudorosos para cocinar espaguetis.


15. Gente rica no me acaba de gustar, hacen que gente pobre sintamos ineptos y bobos. No digo que seamos pobres. Yo diría clase media. Tenemos mucha mucha suerte. Lo sé. Pero, igualmente, no está bien que gente rica haga que clase media nos sintamos ineptos y bobos.


16. Hay días tan perfectos que sientes: la vida es esto. Cuando anciano, sentiré que toda vida mereció pena, porque pude vivir ese día perfecto.


17. Los dos tenían tanto miedo que no dijeron ni una palabra, y eso me hizo sentir esa clase de vergüenza que sabes que no vas a curar por pedir perdón, que te empuja hacia la única opción posible, que es: sal ahí, agénciate más vergüenza.


18. Porque soy una persona que se dedica al feng shui, que vive de esto, y sería imposible que ejerciera mi feng shui si estuviera colocada con crack, porque mi trabajo consiste en distinguir campos de energía, y si llevas un colocón, o si estás fumado, o incluso si has tomado demasiado café, los campos energéticos se vuelven un poco tarumba. Creedme, yo lo sé. ¡Antes fumaba!


19. Hay tanto que quiero hacer y experimentar y darle a mis hijos. Tiempo pasa tan deprisa, chicos creciendo a toda velocidad. Si ahora no, ¿Cuándo? ¿Cuándo les daremos esplendidez y sensación de generosidad?

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