Frases de Días sin ti

Días sin ti

26 frases de Días sin ti de Elvira Sastre... A través de la reflexión y de lo que enseña la melancolía, esta historia de una abuela y su nieto transita esos caminos por los que todos, en algún momento, tenemos que pasar para comprender que la vida y el amor son sublimes precisamente porque tien.

Los principales temas, lugares o acontecimientos históricos que destacan en el libro de Elvira Sastre son: reír, profundos sentimientos, amor auténtico, desamor, arriesgarse a ser feliz, esencia de la vida, ausencia, extrañar a alguien, besos.

Frases de Elvira Sastre Libros de Elvira Sastre

Frases de Días sin ti Elvira Sastre

01. Te echo tanto de menos que en mi reloj aún es ayer.


02. El amor rejuvenece a la gente, ¿Verdad? El desamor, en cambio, llena de años y peso la vida.


03. Es extraño, pero cuando uno está feliz siente el deseo de compartirlo con todo el mundo, incluso con desconocidos.


04. Dos corazones intactos y unidos son valientes y arriesgados, pero dos corazones rotos juntos, ah, ésos son imbatibles de por vida.


05. Dos corazones intactos y unidos son valientes y arriesgados, pero dos corazones rotos juntos, ah, ésos son imbatibles de por vida.


06. Hay personas que son como un destello e inundan los lugares que ocupan y los corazones de los individuos que las miran.


07. La felicidad es tan sencilla... ¿Por qué nos empeñamos en volverla inalcanzable? Son los pequeños gestos, los detalles, los que completan el dibujo.


08. Recordé la conversación que tuve un día (...) a propósito de los agujeros, es decir, de las ausencias en la vida de cada uno.


09. ¿Cuándo perdimos de vista que lo que costaba pero nos hacía felices era aquello por lo que merecía la pena luchar? ¿Dónde estaban nuestras ganas?


10. Me pareció sorprendente ver cómo en un tipo que lo había perdido todo seguía existiendo hueco para las ganas, para la emoción y los deseos.


11. Me quedé un rato callado, con su mano apretando la mía, pensando en lo grande que era el mundo y lo pequeñas que eran todas las ventanas.


12. (...) Cada vez que me rozaba, un relámpago sacudía mi cuerpo por dentro. Encendía algo, no sé el qué, pero yo sentía un brillo nuevo en mi interior.


13. Su beso ardía y tenía cierto gusto a madera de roble, un aroma a malta con un toque de miel. Intenso, dulce y amargo al mismo tiempo, breve pero duradero.


14. ¿Sabes cómo se conoce a alguien, cielo? Escuchando. Nada más y nada menos. Se trata de escuchar. Uno nace oyendo y después aprende a escuchar, y así es como se conoce a las personas.


15. A veces pienso en sus asesinos y en qué es eso tan poderoso que corrompe el alma humana y convierte a personas normales en criminales. Todos nacemos limpios, ¿No? ¿Qué es lo que pasa para que algunos se quiebren y ensucien?


16. Soy capaz de hacer ese viaje, de abrirle mi alma a la memoria y dejar que se quede en mi cuerpo el tiempo necesario, porque lo cierto es que nunca se queda para siempre. Son sólo breves momentos de ausencia, de travesía, de estrella fugaz.


17. Nos habíamos amado como niños, nos habíamos tocado como animales, nos habíamos despedido sin dejar de querernos, nos habíamos reencontrado, tropezando el uno con el otro, con más olvido que amor en el cuerpo y, por último, nos habíamos dicho adiós definitivamente.


18. No trates nunca de obligar a nadie a que se quede a tu lado: dale alas para que pueda decidir libremente cuándo irse y cuándo volver. Ésa será la única manera de asegurarte un amor real y auténtico. El pájaro que vuelve a casa es el que vuela.


19. "Soy tu viento -me decía-, te llevo a todas partes, voy contigo a todas horas y te levanto la falda siempre que puedo". Qué bribón, cómo me hacía reír. A veces suena su risa cuando está todo en silencio, como si me recordara que la vida nunca muere.


20. En el mundo hay un hueco para cada persona. Cuando dos personas se enamoran, se vuelven una, el lugar que ocupan pasa a ser sólo uno, y en él cabe el universo. Por el contrario, cuando alguien falta su espacio se vuelve un agujero inmenso y aterrador para quien lo contempla. Lo llaman ausencia.


21. ¿Quién no ha sentido, presa de una felicidad absoluta, incontenible e inabarcable, el impulso de darle un abrazo a un señor en mitad de la calle, de dejar una propina generosa al camarero impertinente del bar de la esquina, o de canturrear sin vergüenza bajo la lluvia, como en las mejores películas?


22. ¿No es injusto querer salvar a alguien de su vida? Su fragilidad, de la que me había enamorado, me había convertido en alguien débil. Mi ansia de protegerla sin que ella se diera cuenta me había dejado indefenso a mí. Caminaba pendiente de ella y, sin ser consciente, el golpe me lo había llevado yo.


23. ¡La felicidad es tan frágil, mi vida, y la tristeza, sin embargo, tan poderosa! ¿Y sabes por qué? Porque sabemos que las cosas pueden acabarse y eso nos da miedo. Porque la felicidad va y viene, pero la tristeza duerme dentro de nosotros. Y no pasa nada por estar triste, mi amor. Lo que no hay que tener es miedo. Ésa es la única lucha que debe mantener el ser humano.


24. Hay ciertas personas que aparecen en tu vida para enseñarte a echar de menos, y esa gente es necesaria, pues al arrebatarte algo, también te dan. Dora repetía mucho una frase: "Un desierto sin agua es otra cosa, pero nunca un desierto". Nunca se lo pregunté, aunque ahora que la sed se había despertado en mi boca, creo que por fin comprendía lo que quería decir.


25. ¿Y qué sucede cuando no sabemos hacia dónde vamos? ¿Qué ocurre cuando no encontramos nuestro sitio, cuando el mundo nos da la espalda y de pronto nos sentimos perdidos, rechazados, abandonados? ¿Qué debemos hacer entonces? (...) Debemos caminar, dar un paso tras otro, da igual hacia dónde, da igual de qué manera mientras avancemos. Qué más da la dirección hacia la que uno camine, lo importante es no quedarse quieto. ¿Sabes por qué? Porque el paisaje, mi amor, es lo más valioso.


26. A mí me gusta la gente que enseña sus heridas, que no oculta sus errores, que se presta a contarte su historia sin maquillarla. Auténtica en sus formas. Ese tipo de gente que no decide por ti, que no te advierte sobre sus fracasos, sino que se presenta y antes de darte un beso te dice: "Llevo huyendo toda mi vida y es probable que algún día también me vaya de aquí sin ti, pero ahora sólo quiero estar contigo".

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