Cuando era pequeño mi madre me decía: si te haces soldado, llegarás a general; si te haces cura, llegarás a Papa. Yo quería ser pintor y he llegado a Picasso.
Mi madre fue la mujer más bella que jamás conocí. Todo lo que soy, se lo debo a mi madre. Atribuyo todos mis éxitos en esta vida a la enseñanza moral, intelectual y física que recibí de ella.
Ninguna obra maestra de ningún artista puede igualar la creación de un niño hecho por una madre. El éxito no solo se mide por lo que somos, sino también por el regalo que damos, ¡Y el regalo de una madre es una persona!
Mi madre fue muy imaginativa y con una cierta visión del mundo. No era una gente culta pero era incurablemente romántica y me inició en las novelas de viajes. (...) Mi madre leía mala literatura, no era culta pero su imaginación me abría otras puertas. Teníamos un juego: "Mirar el cielo y buscar la forma de las nubes e inventar grandes historias. " Esto ocurría en Banfield. Mis amigos no tenían esa suerte. No tenían madres que mirasen las nubes.
No se hallará una mujer a la que esto no le cuadre. Yo alabo al Eterno Padre, no porque las hizo bellas, sino porque a todas ellas les dio corazón de madre. "La vuelta de Martín Fierro" (1879), José Hernández
"La vuelta de Martín Fierro" (1879) Frases de "La vuelta de Martín Fierro" (1879) Frases de José Hernández
Mi madre era eterna como la luna. Viva o muerta, la madre o la ausencia de la madre siempre determinan la vida de una persona. "Casi la luna" (2007), Alice Sebold
"Casi la luna" (2007) Frases de "Casi la luna" (2007) Frases de Alice Sebold
Tú tampoco te acuerdas de tu madre cuando eras pequeña. Ni yo de la mía. Ya no vemos la cara que tenían. Sin embargo, nos habitan. "De vidas ajenas" (2009), Emmanuel Carrere
"De vidas ajenas" (2009) Frases de "De vidas ajenas" (2009) Frases de Emmanuel Carrere
¡Ay madre! Cuando estemos satisfechos de comer, de hablar, de reírnos y maravillarnos, nos vamos cada uno a lo nuestro: yo a mi cama, donde distraído abro la esclusa intemporal del sueño, tú a tu tumba, donde susurra la hierba familiarmente con su voz de tiniebla y eternidad.
Ya no canto, madre, y si canto yo, muy tristes endechas mis canciones son; porque el que se fue, con lo que llevó, se dejó el silencio, y llevó la voz.
Mi voz se queda sola entre la noche para decirte, oh madre, sin decirlo, cómo mi corazón disminuirá su toque cuando tu sueño sea menos tuyo y más mío.
¿Los padres acarician a sus hijos...? No recuerdo que me haya besado el rey de Dacia. Mi madre, sí: he calentado mil veces la cara en su pecho; he conciliado el sueño en su regazo; sus brazos me acogieron amorosamente. Si tengo alguna educación es porque mi madre me buscó profesores; si no estragué en el vicio mis veinte años, es porque mi madre supo preservarme con su cariño. En mis enfermedades ella me asistía; en mis soledades ella me consolaba... No mi familia es mi madre. Hasta las comodidades materiales que me rodean, las debo al trabajo de mi madre.
Los hombres son los que sus madres han hecho de ellos.