Yo no conozco eso de los derechos humanos. ¿Qué es eso?
Creo en los derechos humanos para todos, y ninguno de nosotros está calificado para juzgar a los demás y que ninguno de nosotros debería por lo tanto tener esa autoridad.
La historia no garantiza el tránsito irreversible por las "fronteras progresivas". Sólo las prácticas humanas -el voluntarismo colectivo- pueden protegernos de caer en aún peores barbaridades. En este sentido, sería completamente ilusorio ponernos en manos de los imperativos formales para la defensa de los "derechos del hombre" o de los "derechos de las gentes". Los derechos no los garantiza una autoridad divina, dependen de la vitalidad de las instituciones y formaciones de poder que alimentan su existencia.
Me hizo real de nuevo, me devolvió al resto de la humanidad. Y lo que fue más importante, el Premio Nobel atrajo la atención del mundo a la lucha por la democracia y los derechos humanos en Birmania. No nos iban a olvidar.
A menudo es en el nombre de la integridad cultural, así como la estabilidad social y la seguridad nacional que las reformas democráticas sobre la base de los derechos humanos son resistidas por gobiernos autoritarios.
El tema de los derechos humanos -y déjeme decirle que mi postura está lejos de ser cínica al respecto- es de primera importancia. Pero eso difiere mucho de tener una policía internacional y militar autoproclamada. ¡Qué duda cabe! : Saddam era un criminal. Pero, ¿Cuál es la situación de los derechos humanos hoy en Irak? Es desastrosa. Queda claro, en éste y otros casos previos, que los derechos humanos sirven de coartada para obtener el apoyo de la opinión pública. Creo que la época de las intervenciones en nombre de los derechos humanos está un poco terminada. Es una de las lecciones de esta invasión. La gente vio con sus propios ojos lo que significa la ocupación de un país por un ejército. También el tema de las imágenes fue muy importante. Durante la Guerra del Golfo, la política norteamericana consistió en suprimir las imágenes. Esta vez decidieron lo contrario, pero no fue por pura generosidad. En gran medida se vieron obligados a mostrarlas por la presión de la opinión pública.
A fuerza de querer ser políticamente correctos no se abordan los problemas de la forma adecuada. Yo creo que hay que evitar el choque de civilizaciones pero también creo que hay que defender unos valores que son los de nuestra civilización. Creo que no se están entendiendo esos valores. La declaración de derechos humanos a mí me parece que debería ser la guía de todos los países y que la dignidad de las personas, la dignidad de las mujeres es que no haya ciudadanos de primera ni de segunda. Que las mujeres no sean ciudadanas de segunda y no sean seres invisibles me parece que es algo fundamental y no se puede mirar hacia otro lado.
El amor debe respeta la carta de los derechos humanos, en el sentido de respetar la libertad de cada uno.
Estalló la guerra y huimos. Asesinaron a mucha gente. Me perdí de mis padres y continué la marcha sola. Vi a mujeres dar a luz en la calle, a niños enfermos... Cuando logré volver con mi familia el reencuentro fue muy dramático, todos querían tocarme. Esa noche dormí en la cama de mis padres. Habían saqueado la casa y los militares nos robaron el coche, pero al menos teníamos techo. Comenzamos de cero, como todos. Poco después estalló de nuevo la guerra, que nunca ha parado, pero esta vez nos quedamos. Fue horrible, mataban por nada. Y entonces decidí hacer algo por los derechos humanos.
El Estado sirve al pueblo, y no a la inversa. Si una persona sirve a su Estado, sólo debería hacerlo hasta donde fuere necesario para que el Estado preste un buen servicio a todos sus ciudadanos. Los derechos humanos están por encima de los derechos estatales. En el derecho internacional, las disposiciones que protegen a la persona humana deberían tener precedencia sobre las que protegen al Estado.
Los derechos humanos ahora deben anteponerse a los derechos estatales.
(...) Esa es la razón por la que luchamos y eso fue lo que ganamos. Ganamos el derecho de ser ciudadanos libres. "Lo que queda del día" (1989), Kazuo Ishiguro
"Lo que queda del día" (1989) Frases de "Lo que queda del día" (1989) Frases de Kazuo Ishiguro