01. Hay lugares y momentos en que sueño y realidad se confunden, hay personas que pueden traspasar los confines de la realidad y caminar por las regiones habitadas por el misterio. Un día me abandonarás y tendré que salir de mi cuerpo y volar por la noche hasta ti con el fin de verte, para escuchar tu voz y tu respiración, para estar a tu lado cuando me necesites, en cualquier momento.
02. Lo que demuestra que recuperar la verdad histórica de los hechos es imposible. No solo porque la memoria de cada hombre tiene distinta capacidad, sino también porque lo que llama la atención de uno escapa a la de otro. Aun admitiendo la buena fe de cada uno, todos recuerdan lo que ha llamado su atención, no lo que ha pasado realmente ante sus ojos. ¿Cuál es la versión en la que has creído?
03. Si en una familia campesina una muchacha se quedaba embarazada, el amo les echaba a todos para evitar así el escándalo y el mal ejemplo en el pueblo. Y si una familia de labradores era despedida, luego resultaba casi imposible que consiguiera tener otra ocupación. Generalmente se veían obligados a mendigar o acababan en alguna casucha de alquiler tratando de ganarse un pedazo de pan al jornal.
04. Sólo el hombre, de todos los seres vivos, puede ascender hasta casi tocar la morada de los dioses, o bien caer más bajo que los brutos. Tú ya has visto las moradas de los dioses, has vivido en la casa de un rey, pero consideraba justo que vieses también lo que puede reservar la suerte a un ser humano. Entre estos desdichados hay hombres que tal vez un día fueron caudillos o nobles y que el hado precipitó de repente en la miseria.
05. Me siento impotente para proteger a la persona que más quiero en el mundo. Le había dado mi palabra de que estaría de vuelta antes de la noche. Y yo nunca he faltado a la palabra dada, nunca en mi vida. Esa promesa era sobre todo una esperanza, amigo -respondió el emperador-, y ver cumplidas nuestras esperanzas solo depende de nosotros en una mínima parte. Pero tómatelo como un voto. Los votos de los hombres justos llegan hasta el trono de los dioses.
06. Con el paso del tiempo, sin embargo, se daba cuenta de una contradicción que sentía crecer dentro de sí: por un lado, la educación que recibía, y que, estaba convencido, le empujaba hacia la moderación en su comportamiento, en su manera de pensar y en sus deseos, y hacia el arte y el conocimiento; por otro, su naturaleza, ardiente de por sí, le empujaba a seguir los ideales arcaicos de valor guerrero y de arrojo que descubría en los poemas homéricos y en los versos de los poetas trágicos.
07. El emperador, a pesar de las molestias que tenía que soportar, mantenía una actitud de gran dignidad: la espalda erguida, la mirada firme, la frente alta. Sus blancos cabellos contrastaban con la piel bronceada por el sol y su impresionante orgullo infundía cierto respeto incluso a los miembros de la guardia que los escoltaban y que casi con toda seguridad conocían su identidad. Hablaba poco; normalmente permanecía absorto y encerrado en sí mismo, en una especie de austera soledad interior.