01. El buen servidor del rey, pero primero Dios.
02. Si el honor fuera rentable, todo el mundo sería honorable.
03. Nada se puede dar a un hombre si no es quitándoselo a otro.
04. El hombre no puede ser separado de Dios, ni la política de la moral.
05. Estas cosas, buen Señor, por las que rezamos, danos la gracia de trabajarlas.
06. Los hombres, cuando reciben un mal lo escriben sobre un mármol; más si se trata de un bien, lo hacen en el polvo.
07. Es preciso que obréis de manera tal que si no podéis hacer todo el bien que deseáis, logren vuestros esfuerzos por lo menos quitar fuerza al mal.
08. Dame un alma que no conozca el aburrimiento, los refunfuños, los suspiros y los lamentos y no permitas que me tome demasiado en serio esa cosa tan invasora que se llama "yo".
09. (...) Yo creo que lo que más contribuyó a convencerlos fue decirles que Cristo enseñó a los suyos que todas las cosas eran comunes y que esa comunidad todavía permanece en las comunidades verdaderamente cristianas.
10. (...) El día de su coronación jura solemnemente que jamás tendrá en sus arcas más de mil libras de oro. Dicen (...) que esta ley fue hecha por un buen rey que se preocupó más del bienestar de su patria que del suyo.
11. Ten, pues, buen ánimo, hija mía, y no te preocupes por mí, sea lo que sea que me pase en este mundo. Nada puede pasarme que Dios no quiera. Y todo lo que él quiere, por muy malo que nos parezca, es en realidad lo mejor.
12. Si me distraigo, la Eucaristía me ayuda a recogerme. Si se ofrecen cada día oportunidades para ofender a mi Dios, me armo cada día para el combate con la recepción de la Eucaristía. Si necesito una luz especial y prudencia para desempeñar mis pesadas obligaciones, me acerco a mi Señor y busco Su consejo y luz.