01. Ya alegra la campiña la fresca primavera; el bosque y la pradera renuevan su verdor. Con silbo de las ramas los árboles vecinos acompañan los trinos del dulce ruiseñor. Este es el tiempo, Silvio, el tiempo del amor.
02. El que de amor la tiranía siente, ya al principio, ya al fin, es desgraciado; sólo es feliz quien goza el bien presente, sin que a su idea sirvan de cuidado los males que pasó de pretendiente, ni los que pasará de jubilado.