01. Los márgenes de sus desiertos hormigueaban de fes desahuciadas.
02. Era viejo y sabio, lo que quería decir cansado y desencantado.
03. La victoria final parecía segura, si la guerra duraba lo suficiente como para permitirnos trabajarla.
04. El esfuerzo de estos años por vivir y vestir como los árabes, e imitar sus fundamentos mentales, me despojó de mi yo inglés, y me permitió observarme y observar a Occidente con otros ojos: todo me lo destruyeron. Y al mismo tiempo no pude meterme sinceramente en la piel de los árabes: todo era pura afectación. Fácilmente puede convertirse uno en infiel, pero difícilmente llega uno a convertirse a otra fe.
05. Los árabes, que habitualmente viven amontonados, sospechan de alguna segunda intención en cualquier forma de privacidad. Recordar esto, y renunciar a la paz y la quietud egoístas mientras anduviera con ellos, fue una de las menos agradables lecciones de la guerra del desierto, y también de las más humillantes, pues forma parte del orgullo inglés recrearse en la soledad; nos encontramos interesantes a nosotros mismos, cuando no hay competencia a la vista.
06. La rebelión era el más grave paso político que podía tomarse en aquellas circunstancias, y el fracaso o el éxito de la revuelta árabe era una apuesta demasiado azarosa para poder prever su desenlace. Por una vez, con todo, la suerte favoreció al audaz jugador, y la epopeya árabe empezó a hollar su tormentoso sendero entre la debilidad, el dolor y la duda, hasta la victoria final.
07. Todos los hombres sueñan, pero no todos lo hacen del mismo modo. Aquellos que sueñan de noche en las polvorientas recámaras de sus mentes se despiertan de día para darse cuenta de que todo era vanidad, pero los soñadores despiertos son peligrosos, ya que ejecutan sus sueños con los ojos abiertos, para hacerlos posibles.
08. Durante los dos años que estuvimos juntos bajo el fuego se acostumbraron a creerme y a pensar que mi gobierno, al igual que yo, era sincero. Con tal esperanza llevaron a cabo hermosas hazañas, pero, por supuesto, en vez de sentirme orgulloso por lo que hacíamos, me sentía continua y acremente avergonzado.
09. Las formas de producir la emoción artística cambian según el acontecer de los hombres, su sensibilidad, sus costumbres, las metas de su sociedad. Pero la permanencia de su frescura avivando nuestra emoción se debe siempre a razones que sólo al arte pertenecen.
10. El libro no pretende ser imparcial. Luchaba yo por mi cuenta, y en mi propio estercolero. Tómeselo, pues, como un relato personal extraído de la memoria.
11. Te amaba, por eso a mis manos traje aquellas oleadas de hombres y en los cielos tracé mi deseo con estrellas.
12. Las rebeliones pueden hacerse con un 2 por ciento de la fuerza en activo, siempre que el 98 por ciento pasivo simpatice con la causa.