01. Yo misma me preguntaba por qué lo amaba. Si Boris me hubiese dejado a los dos años de convivencia o incluso a los diez, el daño hubiese sido bastante menor. Treinta años es mucho tiempo, y un matrimonio se anquilosa de tal forma que adquiere un carácter casi incestuoso y un complejo ritmo de sentimientos, de diálogos y de asociaciones.
02. La novela trata de las vidas de gente en particular. A través de sus vidas, tenemos experiencias emocionales e intelectuales que de otro modo no podríamos experimentar y las protegemos mediante lo que yo llamo "el marco estético". Las emociones que vivimos a través de la novela, sin embargo, nunca son ficticias. Las emociones son reales y las experiencias imaginarias que obtenemos a través de ellas afectan a nuestras vidas.
03. Su frialdad me fascinaba. De cuando en cuando se sonreía al leer un verso, sin que yo alcanzara a identificar la fuente de su diversión. Sentado junto a ella, tenía la sensación de que se hallaba siempre más o menos por delante de mí, lo que me obligaba a correr para perseguirla y, al fin, depositaba la mirada sobre el dorado vello de sus esbeltos brazos y me preguntaba qué era lo que había en ella que no lograba aprehender.
04. Siempre que muere un artista, su obra comienza lentamente a reemplazar a su cuerpo, convirtiéndose así en su sustituto corpóreo en este mundo. Se trata de un proceso, supongo, inevitable. Al pasar de una generación a otra, ciertos objetos de utilidad, tales como sillas o platos, pueden parecer temporalmente infundidos del espíritu de sus antiguos dueños, pero esa condición sucumbe con bastante rapidez a sus funciones pragmáticas. El arte, por su inutilidad intrínseca, se resiste a verse incorporado a la cotidianidad, y cuando es mínimamente potente, parece alentar con la vida de la persona que lo creó.