01. No vas peor. Es que ahora tienes más luces para conocerte: ¡Evita hasta el más pequeño asomo de desánimo!
02. Con la gracia de Dios, tú has de acometer y realizar lo imposible... Porque lo posible lo hace cualquiera.
03. Jesús vino a la tierra para padecer...Y para evitar los padecimientos -también los terrenos- de los demás.
04. No me pongas al sacerdote en el trance de perder su gravedad. Es virtud que, sin envaramiento, necesita tener.
05. ¡Ahora! Vuelve a tu vida noble ahora. No te dejes engañar: "ahora" no es demasiado pronto...Ni demasiado tarde.
06. Donde la mano siente el pinchazo de las espinas, los ojos descubren un ramo de rosas espléndidas, llenas de aroma.
07. La castidad, la de cada uno en su estado: soltero, casado, viudo, sacerdote, es una triunfante afirmación del amor.
08. Cuando percibas los aplausos del triunfo, que suenen también en tus oídos las risas que provocaste con tus fracasos.
09. No te desalientes, ¡Adelante! , adelante con una tozudez que es santa y que se llama, en lo espiritual, perseverancia.
10. El corazón, a un lado. Primero, el deber. Pero, al cumplir el deber, pon en ese cumplimiento el corazón: que es suavidad.
11. ¡Cómo hemos de admirar la pureza sacerdotal! -Es su tesoro. -Ningún tirano podrá arrancar jamás a la Iglesia esta corona.
12. Para convencerse de que resulta ridículo tomar la moda como principio de conducta, basta mirar algunos retratos antiguos.