01. Esto es lo que yo aprendí en la revolución -prosiguió ella-. Esta cosa: la información quedó abolida en un momento del siglo veinte, no puedo decir cuándo exactamente; y es natural, porque eso forma parte de la información que fue abli, a-bo-lida. Desde entonces, vivimos en un cuento de hadas. ¿Me sigues? Todo sucede por arte de magia. "Los versos satánicos" (1988)
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02. Nací en la ciudad de Bombay... Hace mucho tiempo. No, no vale, no se puede esquivar la fecha: nací en la Clínica Privada del doctor Narlikar el 15 de agosto de 1947. ¿Y la hora? La hora es también importante. Bueno, pues de noche. No, hay que ser más... Al dar la medianoche, para ser exactos. Las manecillas del reloj juntaron sus palmas en respetuoso saludo cuando yo llegué. Vamos, explícate, explícate: en el momento mismo en que la India alcanzaba su independencia, yo entré dando tumbos en el mundo. "Hijos de la medianoche" (1981)
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03. El pasado era una luz que, debidamente orientada, iluminaba el presente con más intensidad que cualquier lámpara contemporánea. La grandeza era como la llama sagrada del Olimpo, entregada en mano por un gran hombre a otro. Alejandro tomó como modelo a Aquiles; César siguió los pasos de Alejandro, y así sucesivamente. La comprensión era otra llama como esa. El conocimiento nunca nacía sin más en la mente humana; siempre renacía. El relevo de la sabiduría de una era a otra, ese ciclo de renaceres: eso era la sabiduría. "La encantadora de Florencia" (2008)
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04. La vida es furia, pensó él. La furia -sexual, edípica, política, mágica, brutal nos empuja a nuestras alturas más nobles y a nuestras profundidades más bajas. De la furia vienen la creación, la inspiración, la originalidad, la pasión, pero también la violencia, el dolor, la pura destrucción sin miedo, el dar y recibir golpes de los que nunca nos recuperamos. Las Furias nos persiguen; Shiva danza, su furiosa danza para crear y también para destruir. ¡Pero olvídate de los dioses! Sara despotricando contra él representaba al espíritu humano en su forma más pura y menos socializada. Eso es lo que somos, lo que nos civilizamos para disfrazar: el aterrador animal humano que llevamos dentro, el exaltado, trascendente, autodestructivo y desenfrenado señor de la creación. "Furia" (2001)