01. Y lo mismo pasa con las cosas que recuerdas. Por ejemplo: si te peleas con otro niño, nunca trates de guardar el recuerdo de eso en la memoria, porque si te acuerdas vuelves a sufrir. Y al revés: si te pasa algo bonito, entonces sí es mejor que lo recuerdes a cada rato, porque cada vez vuelves a sentir que estás contento. Y la felicidad es cuando estás contento. O sea que lo mejor es guardar en la memoria solamente los recuerdos de las cosas buenas.
02. Mi abuela había sufrido un ataque que la dejó casi totalmente paralítica el resto de su vida. En razón de su precario estado de salud, la familia decidió ocultarle el deceso de mi papá, pero mi torpeza se puso de manifiesto cuando repetí frente a ella el mismo eufemismo que había usado mi mamá para darme la noticia: "Mi papá ya se fue al cielo". Entonces supe que la parálisis suele ser insuficiente para impedir que ruede una lágrima por la mejilla de quien la padece.
03. El Chapulín Colorado había pronunciado la frase desde el primer programa en que hizo acto de presencia; luego iría añadiendo otras muchas que no sólo pasaban a formar parte del vocabulario del público, sino que llegaban a ser usadas en caricaturas con personajes políticos y hasta en la propaganda de estos mismos. En más de un país de Hispanoamérica se hicieron campañas electorales en las que los candidatos decían: " ¡Síganme los buenos! ", "Todos mis movimientos están fríamente calculados", "Se aprovechan de mi nobleza", "Lo sospeché desde un principio", etcétera.