01. Yo prefiero no hacer a nadie responsable. Prefiero decir: Si hay que vestir al desnudo, el hombre debe vestirlo; si el hambriento desfallece, el hombre debe alimentarlo. Prefiero confiar en la empresa humana, en la inteligencia humana, en el corazón y el cerebro humanos. No hay evidencia de que Dios haya intervenido jamás en los asuntos del hombre.
02. La religión no admite, no puede admitir, un hombre libre. Solamente acepta el homenaje de los postrados, y desprecia las ofrendas de los que se alzan erguidos.
03. Un creyente es un pájaro enjaulado; un librepensador es un águila que parte las nubes con alas incansables.
04. La salvación por la esclavitud carece de todo valor. Salvar de la esclavitud es de un valor inestimable.
05. Nada más evidente que el hecho de que cada nación da a su dios las características propias, y que cada individuo da a su dios sus peculiaridades personales.
06. El hombre no puede salirse de la naturaleza ni siquiera con el pensamiento más arriba de lo que la naturaleza no puede elevarse, más abajo no puede caer.
07. Se ha demostrado que... El universo es infinito. Si un universo infinito fue hecho de un dios infinito, ¿cuánto queda del dios?
08. Las manos que ayudan son más nobles que los labios que rezan.
09. La Iglesia ha sido la enemiga del progreso por el motivo de que se ha esforzado por impedir que los seres humanos piensen por sí mismos. Impedir el pensamiento es impedir todo progreso excepto en la dirección de la fe.
10. Creo en la religión de la humanidad. Es mucho mejor amar a nuestros semejantes que amar a dios. A aquellos los podemos ayudar; no podemos ayudar a éste.
11. Todo lo que hay de bueno en nuestra civilización es resultado del comercio, el clima, el suelo, la situación geográfica, la industria, la inventiva, el descubrimiento, el arte y la ciencia.
12. El humano tiene que aprender a confiar en sus propias fuerzas. La lectura de biblias no lo va a proteger de las ráfagas invernales, sino las casas, el fuego y las ropas. Para impedir el hambre un arado vale lo que un millón de sermones.