01. No puede uno desvincularse impunemente de las cosas que ama...
02. El periodista político es el historiador de lo inmediato.
03. A veces sufre uno porque se le despega la suela del zapato, porque se le rompe el pantalón o porque entre todos los hijos de los hombres sólo el nuestro -desdichado- no tiene un juguete para jugar o un dulce que llevarse a la boca; y estos dolores, no por ser pequeños, dejan de ser grandes...
04. ¿Que si no cree la verdad, menos creerá la mentira? ¡Oh! Es que una mentira no se dice para que la crean, sino únicamente para llenar el trámite, y un hombre de la imaginación de usted, licenciado, puede confeccionar muy bellas y útiles mentiras.
05. La vida del líder es sólo un prurito contumaz y terco de actos-de-adhesión: de guiar su manada servil y obediente y escuchar el grito: "Gracias...Gracias...Gracias...Señor Presidente" Traseros en alto, en la procesión.
06. ¿Café negro, señor...? Respondía furibundo: "No, señorita... café café". Porque, en efecto, salvo en el caso de que sea torrificado y por ende impuro, el café no es ni debe ser negro, sino café.
07. Dramático destino el de los hombres de buena voluntad. Yo, por ejemplo, hace apenas dos meses...Pero no es hora de hacer, como dicen los enamorados, reminiscencias; ni es hora de hacer, como dicen los detectives, reconstrucciones.
08. Pensamos que ya era tiempo de ser románticos, y entonces confeccionamos un paisaje ad-hoc, saturado del más puro idealismo, y barnizamos la luna de melancólico color.
09. ¿Verdad que la vida es un tema inconmensurable? ¿Verdad que no es tema al alcance de cualquier imbécil? ¿Verdad que no es tema a tu alcance?
10. Su perfume, su acento, una lágrima suya que mitigó mi sed. ¡Oh, si el humo fincara, si retornara el viento, si usted, una vez más, volviera a ser usted!
11. Seguirá corriendo el agua hasta la mar, pero los ojos del puente ya nunca la olvidarán. Seguirá corriendo el agua para no volver jamás...
12. Quisiera yo que siquiera al final el arduo camino fuera para bien o para mal, árbol no de ciencia artera, sí, pecado original.