01. La muerte es el puerto de todos los dolores.
02. El que va tras flores halla espinas. El que va tras espinas halla flores.
03. Pero lo vi... Mi espíritu sin calma era ya de tu espíritu un reflejo... Toda mi alma se espació en tu alma, y en ella viose como en claro espejo.
04. Yo sé que todo sueño es desatino, y el tuyo no pasó de ser un sueño.
05. Te miro, y lloro porque no me miras: me miras, y suspiro al hallar el desdén en tu mirada: suspiro, y lloro porque no suspiras, suspiras ¡ay! Y acongojado miro que no es por mí...
06. Si no has de amarme, dime que retire de ti mi admiración; si no he de amarte, haz que nunca te mire.
07. Las gracias que hoy te adornan, los dones inmortales que la naturaleza gentil te prodigó, tu eterna vestidura de encantos virginales, tu nombre bendecido cantar pretendo yo.
08. Tenemos el clavo, ahora solo me falta encontrar el martillo.