01. Con su particular falta de falsa modestia, Juan me dijo una vez: "Mi aspecto es una dura prueba para la gente. Si no empiezan a verme hermoso cuando aún tienen la posibilidad de aprender algo nuevo, sé que están interiormente muertos, y que son peligrosos".
02. Me pareció que yo veía al Hacedor de Estrellas en dos aspectos: como el particular modo creativo del espíritu del que había nacido yo, el cosmos; y también, lo que era más terrible, como algo incomparablemente superior a la creatividad: la perfección eternamente realizada del espíritu absoluto.
03. El espíritu de venganza y los supersticiosos cultos del rebaño destruyeron las mejores inteligencias de la raza, y durmieron al resto con costumbres y principios tan dañinos que las fuentes vitales de la sensibilidad y la adaptabilidad de las que depende todo progreso fueron ahogadas para siempre.
04. Las estrellas brillaban débilmente sobre las farolas de la calle. ¿Grandes soles? ¿O débiles chispas en el cielo nocturno? Soles, se decía. Luces que servían para navegar, y que hacían señas a la mente invitándola a apartarse de las preocupaciones terrenales, pero que traspasaban el corazón con sus espadas frías.
05. En ciertas mentes, la defensa del espíritu humano se identificaba francamente con la defensa de una nación en particular, concebida como la morada de todo el conocimiento. En otras, la injusticia social despertaba una fidelidad proletaria militante, la cual, si bien era cosmopolita en esencia, contaminaba con pasiones sectarias por igual a sus adalides y a sus enemigos.
06. (...) Pero tú...No debes atarte a mí. Serás siempre, es cierto, y en cualquier mundo en que viva, mi más encantador aroma, la presa más codiciada. Pero no puedes hacer un mundo para mí. En verdad, no es posible que tenga un mundo, pues mi misma naturaleza carece de sentido. El espíritu que mora en mí necesita el mundo de los hombres, y el lobo que también mora en mí necesita la vida salvaje.
07. (...) Ésa era nuestra relación. Desde ese punto de vista no parecía muy importante para la comprensión del universo. Pero en mi corazón yo sabía que no era así. Ni aun las frías estrellas, ni aun la totalidad del cosmos con todas sus vacías inmensidades podían convencerme de que ese nuestro preciado átomo de comunidad, que era tan imperfecto, que moriría tan pronto, no tuviese ningún significado.
08. Toda esta historia humana, apasionada y trágica para sus criaturas, no parecía en la vida de la Galaxia sino un esfuerzo minúsculo, estéril e insignificante, que duraba sólo unos momentos. Cuando se desvaneció del todo, la multitud de sistemas planetarios seguía viviendo, con algunas víctimas ocasionales, y algún nuevo nacimiento planetario, aquí y allá entre las estrellas, y algún desastre nuevo.
09. ¡Qué predestinada me había parecido nuestra unión! Y ahora, en el recuerdo ¡Qué accidental! Por supuesto, como muchos viejos matrimonios, nos entendíamos muy bien, como dos árboles que han crecido unidos, distorsionándose, pero soportándose. Fríamente, la vi a ella como un simple aditamento a mi vida personal, a veces útil, pero muy a menudo irritante. Éramos en realidad buenos compañeros. Nos concedíamos una cierta libertad, y así nos tolerábamos.
10. La belleza de las bestias y las aves que cazaba, una belleza que expresaba poder, fragilidad, vitalidad, y tontería, lo sorprendía constantemente, como una luz nueva. Las formas orgánicas parecían haberlo conmovido de un modo muy profundo, y para mí incomprensible. El ciervo que había matado y devorado, y cuyos restos utilizaba ahora diariamente, parecía tener para él un profundo simbolismo, que yo apenas podía apreciar y que no trataré de describir.
11. Así fue que en el cosmos, en un tiempo un enjambre de galaxias ardientes, compuestas por galaxias de estrellas, no hubo más que cadáveres de astros. Estas motas oscuras flotaban en el oscuro vacío como un humo infinitamente tenue que se alza de un fuego extinguido. En estas motas, estos mundos gigantescos, las últimas poblaciones habían creado aquí y allí con sus luces artificiales un pálido resplandor, invisible aún para los más interiores de los planetas sin vida.
12. Las comunicaciones telepáticas entre los mundos se estaban haciendo más precisas y seguras. La Galaxia había salido del estado primitivo donde cualquier mundo podía vivir en soledad desarrollándose en un espléndido aislamiento. En verdad, así como en la experiencia del Homo Sapiens la Tierra está ahora "reduciéndose" a las dimensiones de un país, así en este crítico período de la vida de nuestra Galaxia, toda la Galaxia estaba "reduciéndose" a las dimensiones de un mundo.